n el 23,5% de los hogares vascos salir de vacaciones una semana al año es un lujo inalcanzable. Para la cuarta parte de las familias de Euskadi -el 25,2%- cualquier gasto imprevisto puede causar una debacle económica o aumentar su deuda y casi el 6% asegura que llega a fin de mes con muchas dificultades. Estas circunstancias y carencias, que son solo algunas caras de la pobreza y la exclusión social, afectan también a los menores de edad que viven en esos hogares y, además, determinan su futuro.
La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2019 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) difundida recientemente incorpora un módulo sobre transmisión intergeneracional de la pobreza que muestra que más de un tercio -el 34,2%- de los adultos que siendo adolescentes vivían en hogares con una situación económica mala o muy mala, en la actualidad tienen ingresos muy bajos. Por el contrario, menos de uno de cada diez de esos jóvenes que crecieron en hogares pobres -el 9,4%- ha pasado a tener ingresos muy altos al llegar a la edad adulta. Con estas cifras y los cálculos realizados por Save the Children sobre pobreza infantil en Euskadi, más de 31.500 de los 92.177 menores de edad que ahora están en riesgo de pobreza en la Comunidad Autónoma Vasca, se convertirán en adultos pobres con el paso del tiempo. Son 31.500 niños y niñas cuya herencia será menos oportunidades de formación y acceso a recursos, dificultades económicas y unos ingresos insuficientes.
La organización Save the Children destaca que la Encuesta sobre las Condiciones de Vida del INE estima que el 26,7% de los menores de Euskadi -92.177 niños y adolescentes- están en riesgo de pobreza, siete puntos por encima de la tasa correspondiente a la población adulta. Añade que el coste de criar a un menor en Euskadi es superior al estatal, con una media de 615 euros al mes por hijo a cargo, mientras que en el resto del Estado oscila entre los 480 y los 590 euros. Se trata, además, de un coste que aumenta con la edad: cerca de 551 euros al mes durante los tres primeros años, y alrededor de 714 euros entre los 13 y los 17 años. Save the Children remarca que en las familias de dos adultos con uno o más hijos fue donde más aumentó la pobreza en 2019 en Euskadi y en el caso de las familias monoparentales, el 55% de ellas, 41.924 hogares, s viven en situación de pobreza.
En Euskadi, casi cuatro de cada diez familias con hijos viven ya en situación de pobreza, 6,5 puntos por encima de la tasa del año anterior, lo que se traduce en 50.191 personas más que en 2018. La gravedad de esta situación aumenta cuando se constata que un nivel educativo bajo y la recurrencia de problemas económicos durante la niñez y adolescencia son factores determinantes para perpetuar la situación de pobreza.
Los datos de la última ECV evidencian un empeoramiento de la movilidad social ascendente en el Estado español, ya que el porcentaje de jóvenes que se mantienen en situación de pobreza debido a que de adultos también tienen ingresos económicos muy bajos ha crecido desde la encuesta de 2011. Eso implica que ahora hay más niños y adolescentes que están abocados a ser pobres, a perpetuar de adultos unas carencias materiales que ya vivieron en la infancia.
Cuando se trata de analizar las circunstancias económicas actuales de quienes en la adolescencia vivieron en hogares con ingresos muy altos, los porcentajes vuelven a demostrar que el peso de la posición social de origen es importante. Así el 29,9% de los adultos que vivían en hogares con una situación económica buena o muy buena, en la actualidad tiene ingresos muy altos y solo el 13,2% tiene ingresos muy bajos.
El análisis que hace el INE de la transmisión intergeneracional de la pobreza utiliza datos recogidos en 2019 y referidos a ingresos familiares correspondientes a 2018 y que, por lo tanto, no reflejan el impacto en las economías domésticas de la crisis del coronavirus. En las últimas semanas, a falta de que los datos oficiales confirmen el empeoramiento de la situación económica de muchos hogares, diversas organizaciones han advertido sobre el impacto negativo de esta crisis en el futuro de muchos niños y niñas. Y es que los niveles de pobreza en hogares con niños son una señal muy clara de la falta de igualdad de oportunidades y de desigualdades futuras. Según la ECV, solo un 15,8% de los adultos que de niños vivían en hogares pobres acceden a la educación superior.
Así, la Plataforma de Infancia advierte de que la pobreza infantil ha aumentado por primera vez desde 2014 y, actualmente, más de uno de cada tres niños están en riesgo de pobreza o exclusión social. De los datos de la ECV de 2019 se desprende que "el riesgo de pobreza o exclusión social, la tasa Arope, en el Estado español remite ligeramente en todos los grupos de edad excepto en la infancia, en la que aumenta del 29,5% de 2018 a un 30,3% en 2019". Además, hay que tener en cuenta que "estos datos son precovid" por lo que la Plataforma de Infancia alerta de que "es muy posible que en los próximos años se vea un aumento todavía mayor de la pobreza infantil en el Estado español si no se toman medidas urgentes".
Por su parte, el estudio Pobreza infantil de la UNED sitúa la tasa de pobreza de los menores de edad en el Estado español por encima del 25%, con más de 3,6 millones de niños que la padecen o están en riesgo de padecerla. Llama la atención que aún siendo la quinta economía de la Unión Europea, en España 1,4 millones de menores viven en la pobreza y 2,2 millones más están en riesgo de padecerla.
Según los cálculos de Aldeas Infantiles SOS, más de 2,6 millones de niños en España se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión, 240.000 más que en la anterior crisis económica y social de 2008. La ONG señala que tras la situación generada por la pandemia existe un mayor peligro para la infancia de discriminación, exclusión social, pobreza y desigualdad que en la crisis del 2008, especialmente en los niños que están en riesgo de perder el cuidado parental o ya lo han perdido y viven bajo la tutela de las administraciones. Aldeas Infantiles también expresa su preocupación por los últimos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida: un 4,5% de los menores no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días y un 6,1% de los menores de 16 años presenta carencia material severa.
Según los cálculos de Save the Children, el coste de criar a un menor en Euskadi es superior al estatal, con una media de 615 euros al mes por hijo a cargo
El 34,2% de las personas que de adolescentes vivían en hogares con una situación económica mala tienen ingresos muy bajos cuando alcanzan la edad adulta