- Los traficantes de personas están usando rutas más peligrosas para llevar a los migrantes y refugiados hasta Libia, desde donde esperan poder cruzar el Mediterráneo y llegar a Europa, debido a que la pandemia ha restringido su capacidad de movimiento.
Un grupo de organismos de la ONU e independientes que trabajan en cuestiones migratorias presentó ayer un informe cuyos datos han sido obtenidos a partir de entrevistas directas con las víctimas del tráfico, que han explicado aspectos desconocidos de este negocio criminal y del impacto de la covid.
Además de usar caminos más letales, los traficantes han aumentado sus tarifas y ya no aceptan encontrarse personalmente con los migrantes y ahora la comunicación se hace por teléfono. Según datos correspondientes al segundo trimestre del año, la pandemia redujo el ritmo de llegadas a Libia, pero no las detuvo por completo. "Entre abril y mayo, los que ya estaban en Libia esperaban para ver la evolución de la pandemia y decidir cuales serían sus próximos pasos. Las llegadas no se detuvieron completamente y continuaban a través de la frontera sur", explicó la coordinadora del Mixed Migration Centre North Africa, Ayala Erin Bonfiglio.
El 60% de los entrevistados señaló que la covid redujo su acceso al trabajo y la mitad declaró que había perdido ingresos. Mientras tanto, el 14% mencionó el aumento del racismo en su contra. El informe sostiene que la media mensual de muertes que toman las rutas de Libia se mantiene en 72%.
A esta cifra -que incluye los decesos incluso ante de llegar a Libia y, en ciertos casos, a Marruecos o Egipto- se suman los miles que han perecido en su desesperado intento de cruzar el Mediterráneo.
El enviado de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para el Mediterráneo, Vincent Cochetel, dijo en una rueda de prensa que el número de muertes en las rutas migratorias terrestres de Libia son tan numerosas como las que ocurren en el mar que separa la costa norte de Africa de Europa. Ello explica que el 91% de los migrantes y refugiados consideren que Libia es el país más peligroso en su ruta.
Según el informe, lo que más temen los migrantes es la violencia física. Cochetel sostuvo que los datos revelan que en el 47% de casos, los responsables de tales abusos son las fuerzas de seguridad estatales, "mientras que hasta ahora pensábamos que eran lo traficantes", dijo el representante del ACNUR. El resto de la responsabilidad recae en los grupos armados, las milicias, funcionarios públicos, policías de fronteras y los propios traficantes.
Cochatel criticó a los países involucrados directa o indirectamente por este fenómeno por su falta de voluntad política para encontrar una solución a la situación migratoria en Libia.