Los contagios de coronavirus en entornos sociales mal ventilados y con aglomeraciones son una de las principales causas de los actuales rebrotes. Se han registrado casos en el que un 75% de los presentes en eventos (cenas en restaurantes, congresos...) acabaron infectados. Ello ha llevado a limitar (y a dinamitar) el ocio nocturno y ha destapado la figura de los supercotagiadores asintomáticos. Un nuevo estudio arroja luz sobre estos contagios utilizando un modelo matemático.
Publicado en la Revista de la Asociación Médica de Estados Unidos (JAMA, sus siglas en inglés), esta investigación liderada por los científicos Michael Riediker y Dai-Hua Tsai revela que un individuo con gran carga viral pero asintomático o con síntomas leves de la enfermedad puede generar al respirar o toser elevadas concentraciones de coronavirus en el aire en zonas cerradas y sin una ventilación adecuada.
Al toser, los humanos liberamos miles de microgotas por centímetro cúbico y la concentración de estas gotas aumenta con el flujo de la tos. Igualmente, la respiración regular también conduce a cierta producción de microgotas.
En las simulaciones realizadas por los expertos, la respiración y la tos de un individuo con covid-19 liberaba grandes cantidades de virus en una habitación mal ventilada. "Sin embargo, el riesgo infeccioso estimado que representaba una persona que respiraba normalmente con una carga viral típica era bajo, y solo unas pocas personas con una carga viral muy alta presentaban un riesgo de infección en un entorno cerrado con poca ventilación", indica el estudio.
Estos resultados pueden explicar, en parte, las tasas de transmisión observadas e indican que es necesaria una "protección respiratoria estricta" cuando las personas están en la misma habitación con un individuo con covid, advierten los investigadores.
Modelo matemático
Para llegar a esta conclusión, Riediker y Tsai emplearon un modelo matemático para estimar los niveles de virus emitidos al respirar o toser, y las concentraciones a diferentes tasas de ventilación en un espacio simulado de 50 metros cuadrados.
"Las concentraciones con un individuo que era un emisor alto (supercontagiador) y tosía con frecuencia eran muy altas, con un máximo de 7.44 millones de copias del virus por metro cúbico. La respiración regular de este mismo individuo, en cambio, daba como resultado concentraciones más bajas, de hasta 1.248 copias por metro cúbico", revela la investigación.
El estudio concluye que la carga viral en el aire puede alcanzar "concentraciones críticas" en habitaciones pequeñas y mal ventiladas, especialmente cuando el individuo "es un supercontagiador".
Matiza que las personas que son emisoras altas "no son muy comunes en la población y nuestros hallazgos sugieren que solo unas pocas con una carga viral muy alta presentan un riesgo de infección en entornos cerrados mal ventilados".
Por ello, insisten en la recomendación de "una protección respiratoria estricta" (mascarillas) ante la posibilidad de estar en una misma habitación con un supercontagiador asintomático durante un período prolongado.