- La Organización Mundial de Turismo (OMT) considera que España y algunos otros países del sur de Europa, especialmente Italia y Grecia, han tenido “cierta tendencia a la pasividad” porque los flujos de turistas les “llegan solos” y por ello les recomienda que planifiquen mejor y sean más proactivos. Lo dijo ayer la directora de la Comisión Regional de Europa de la OMT, Alessandra Priante, que participará la semana próxima en el Foro Euragor que debatirá los retos del turismo postcovid.
La pandemia va a impactar “seriamente” sobre la forma de disfrutar las vacaciones y va a suponer un cambio mental, social y cultural. “Las mascarillas y la distancia de seguridad son lo contrario de lo que significa el turismo, que es gusto por la cosas nuevas, confianza en los otros... Y resulta que ahora las reglas nos dicen que debemos hacer justamente lo contrario, mantener la distancia, no tener confianza en personas que no conoces”, razonó.
Priante afirmó que en Europa del Sur, especialmente en mercados maduros como España, Italia y Grecia, “hay una cierta tendencia a la pasividad, porque los flujos vienen solos, no necesitas casi marketing”, por lo que ha llegado el momento de planificar y ser más proactivos. En su opinión, será imposible recuperar la temporada de verano, porque a estas alturas del año ya debería estar todo vendido, y recuerda que la OMT calcula una caída del turismo internacional de, al menos, el 70% este año respecto a 2019, cuando antes de la pandemia había previsto un aumento global del 4%.
Para este ejercicio el sector aspira a “sobrevivir” para “empezar la recuperación” en 2021, que será más fácil para los mercados europeos en los países que están abriendo fronteras, porque hay emisores importantes, como Estados Unidos, que no están abiertos. Pero la pregunta, a su juicio, no es cuando se va a recuperar el sector sino cómo lo va a hacer. “Esperamos la vacuna pero la recuperación no depende sólo de una solución médica, sino que debemos ir a una más holística”. Además, confía en que no se cierren fronteras de nuevo.
Para el futuro, dice la ejecutiva de la OMT, el mercado tendrá que estar mas conectado y necesitará una inversión sustancial a largo plazo, “que además tiene que incluir las palabras sostenibilidad e innovación”.
Tras esta crisis, muchos destinos y empresas tendrán que redefinir su oferta, aunque el llamado turismo low cost no necesariamente se ha acabado. Priante explicó que los precios de aviones, trenes y hoteles tendrán que subir porque las empresas deberán tomar medidas para compensar la caída de la ocupación y buscar el equilibrio entre ingresos y gastos. La duda, añade, es si los consumidores podrán asumir esos costes. Lo que si cambiará, anticipó, son las preferencias de los clientes y el poder adquisitivo, que, de hecho, ya está dando lugar a crecimientos de segmentos como el alquiler turístico.
La OMT está trabajando con gobiernos y agentes privados, explicó la directora de Europa, monitorizando la situación para determinar la dirección de la recuperación, fruto de lo cual nacieron sus recomendaciones globales para contribuir al reinicio de la actividad turística. En este sentido, trabajan en el impulso de inversiones verdes y preparan estudios sobre destinos, turismo urbano y gastronómico, entre otros. En relación con España, donde la organización tiene su sede central, Priente entiende que el sector está muy bien organizado y hay una estrecha colaboración público-privada.
Descienden los usuarios de aviones y trenes drásticamente. El número de viajeros que optó el avión para desplazarse por el interior del país se hundió un 97,8% en mayo respecto al mismo mes del año anterior, informó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). En total, 80.000 viajeros usaron el avión para sus desplazamientos en mayo, el doble que en abril, mientras que 129.000 usuarios escogieron el tren de larga distancia para sus desplazamientos, un 95,8% menos que en mayo de 2019.