- Por primera vez desde la Guerra Civil, Iruña se despierta hoy sin el blanco y rojo luciendo por sus calles y barrios, sin música, sin el sonido de txistus y gaitas ni el ambiente festivo único en el mundo que se organiza cada 6 de julio en esta ciudad. Va a ser un día especial para los pamploneses, muy triste y largo, porque no es sencillo hacerse a la idea de que este año no hay Sanfermines, pero con el convencimiento entre la inmensa mayoría de los ciudadanos de que no quedaba otra opción y de que lo mejor, por el bien de todos, es esperar al año que viene para celebrarlos como hay que hacerlo.
Es imposible entender las fiestas de Pamplona sin las aglomeraciones y los espacios en corto, lo que hubiera puesto las cosas demasiado fáciles para un rebrote de la pandemia que nadie desea. Desde el principio, los cuatro grupos municipales tuvieron muy claro el riesgo irresponsable que habría supuesto no suspender los Sanfermines. Como las peñas, que apoyaron la medida de forma radical y anunciaron además que no iban a abrir al público sus locales; o algunos bares y restaurantes, que pese a las graves pérdidas provocadas por el confinamiento, no dudaron en anunciar que no pensaban abrir sus locales, pese a tener las reservas de almuerzos y comidas llenas para hoy y mañana.
Pamplona no será hoy la imagen de portada en periódicos y televisiones nacionales e internacionales por la presencia de miles de personas en la Plaza Consistorial con el pañuelo rojo en la mano esperando que el cohete encienda la fiesta.
No habrá Chupinazo, no este año, pero muchos ojos estarán atentos a lo que suceda alrededor de las 12 del mediodía en esta ciudad y ahi los pamploneses tienen que estar a la altura de las circunstancia y demostrar que por muchas ganas de fiesta que haya -y son muchas- la salud es lo primero. Por responsabilidad, porque con el covid-19 no hay que andarse con bromas ni relajaciones.
Las autoridades locales y autonómicas llevan tiempo apelando a la prudencia, recordando la importancia que supone respetar la distancia de seguridad entre las personas y mantener las normas higiénicas, conscientes de que en un ambiente festivo no es posible cumplir.
La presidenta María Chivite y el alcalde Enrique Maya lo reiteraron recientemente en una comparecencia conjunta en la que apelaron a la responsabilidad de los pamploneses para que no se celebran actividades ni actos multitudinarios que nos puedan llevar hacia atrás en el lento y complejo proceso de la desescalada. También en la Comarca se han adoptado medidas en el mismo sentido y con el mismo mensaje, como en Ansoáin, donde su alcalde Ander Oroz ha anunciado que tampoco va a permitir hoy la colocación de mesas y sillas en espacios públicos.
El sentimiento de la ciudad va a quedar tocado y su economía también, con unas pérdidas que el alcalde cifró en 100 millones de euros (la mitad del Presupuesto del Ayuntamiento para todo el año). Lo saben bien los dueños de los bares y de los restaurantes y de los hoteles, que por estas fechas tenían las reservas cercanas al 80%. Ahora rondan entre el 15 y el 20%, en su mayoría vinculadas a empresas, no de turistas que llegan a Pamplona para conocer esas fiestas que un tal Ernest Hemingway se encargó de divulgar.
Existe preocupación ante posibilidad real de que no todos cumplan con lo estipulado y que puedan generarse aglomeraciones a lo largo del día, con el peligroso cóctel que supone el alcohol mezclado con las ganas de pasar un buen rato. Puede resultar entendible, especialmente entre la gente joven, pero no estaría de más que antes de intentar pasar el 6 de julio como si fuera casi normal repasaran los daños causados por el coronavirus: 528 muertos en Navarra.
Maya reconoció que es mucho más difícil organizar los no Sanfermines que los Sanfermines, porque cuando hay fiestas todo "va rodado, está todo en marcha, se van cambiando pequeñas cosas pero sabemos lo que tenemos que hacer. En los no Sanfermines es más complicado pero está todo organizado desde el punto de vista de la seguridad, la limpieza y sanitario". La primera incógnita se despejará hoy. La próxima será mañana, con la fiesta del santo, y el fin de semana, la tercera. A ver qué nota saca Iruña. Hay mucho en juego.
Imágenes de la fachada consistorial, en directo desde las 11.30 horas. El Servicio de Comunicación del Ayuntamiento facilitará señal institucional además de fotografías de la fachada y reloj del Ayuntamiento, desde las 11.30 hasta las 12.30 horas. Esta señal estará disponible también a través de Youtube y otras redes sociales del Ayuntamiento de Pamplona.
Las Vísperas, hoy en San Lorenzo. En la parroquia San Lorenzo se celebrarán esta tarde las Vísperas, la primera de las tres celebraciones que se han organizado y a las que el alcalde ha anunciado que acudirá.