Las muertes por COVID-19 en hospitales, residencias y domicilios del Reino Unido alcanzaron este miércoles las 35.704, tras registrarse otros 363 fallecimientos, según los datos ofrecidos por el Gobierno británico.
En las veinticuatro horas hasta las 08.00 GMT de hoy, en el conjunto del país se han llevado a cabo 177.216 test, la cifra diaria de pruebas diagnósticas más elevada desde que comenzó la pandemia, y se han detectado 2.472 nuevos contagios.
El número de decesos de este miércoles se sitúa por debajo de los 545 comunicados el martes , aunque continúa alejado de las 170 y 160 defunciones de las que se informó el domingo y el lunes, respectivamente.
El ministro británico de Cultura, Oliver Dowden, dijo en una rueda de prensa que los pacientes hospitalizados por COVID-19 han descendido un 13 % en la última semana y actualmente permanecen 9.953 personas ingresadas.
La hoja de ruta para el desconfinamiento diseñada por el Gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, prevé reabrir algunas escuelas de primaria y relajar otras medidas en Inglaterra a partir del 1 junio.
Cerca de 1.500 colegios, sin embargo, han avanzado que no reanudarán las clases de tres cursos de primaria, tal como recomienda el Ejecutivo, por temor a nuevos brotes de coronavirus. Escocia, Gales e Irlanda del Norte se han desmarcado de los planes de Johnson, al considerar prematura su desescalada, y en los próximos días anunciarán sus programas para rebajar gradualmente las medidas de distancia social.
Johnson subrayó hoy que el 1 de junio estará en marcha el programa para detectar y trazar cadenas de contagio, para el cual espera emplear a 25.000 personas que entrevistarán por teléfono a posibles infectados, de las cuales 21.000 ya están contratadas y se ha comenzado su formación.
Sin embargo, la aplicación para teléfonos móviles que debe complementar ese programa no estará lista para cuando el plan se ponga en funcionamiento, admitió hoy un portavoz de Downing Street, despacho oficial del primer ministro.