El Reino Unido empezó a notar los síntomas del covid-19 pocas semanas después que Euskadi, pero las medidas para combatir la epidemia arrancaron todavía más tarde, principalmente por el recelo del país de lo que hacía Europa y por la negligencia de Boris Johnson. Carlos Rodríguez-Sánchez es muy activo en la euskal etxea de Londres y relata a DNA cómo viven estas semanas complicadas.
Sestaoarra de 50 años, Rodríguez-Sánchez vive en Inglaterra desde 1993 y trabaja como jefe de mantenimiento de dos centros municipales. Él fue testigo de cómo a finales de febrero o principios de marzo el coronavirus empezó a manifestarse en su país de adopción: "Creo que nadie vio venir la pandemia tan dura como esta siendo. Si no, se habrían tomado precauciones más efectivas y más temprano de lo que se ha hecho en todo el mundo. El confinamiento en el Reino Unido se tomó más tarde que en el resto de Europa. Llevamos desde el 23 de marzo con menos restricciones que en España".
Bares, teatros, cines y restaurantes cerraron inmediatamente. Más tarde fue el turno de los comercios que no fuesen esenciales, así como de las empresas. "En los servicios esenciales se ha intentado limitar el número de empleados en un mismo sitio, impulsando el teletrabajo o diferentes horarios", añade el vizcaino.
Ahora en Londres es posible salir a comprar, sacar al perro e incluso hacer deporte: "Hay que guardar una distancia de dos metros entre personas, lo cual crea larguísimas colas para entrar en los comercios abiertos". Por otra parte, el uso de del transporte público, donde el uso de mascarilla no es obligatorio, está limitado a los trabajadores esenciales. Para suavizar el impacto económico en Reino Unido, el gobierno ha creado un sistema de pago (un 80% del salario) a los empleados para ayudar a las empresas. También ha agilizado los trámites para solicitar ayudas sociales o el paro: "El sistema no es perfecto, pero está ayudando a mucha gente".
Rodríguez-Sánchez advierte de que para entender lo que sucede en Reino Unido hay que tener en cuenta la idiosincrasia de su pueblo: "Si le sumas la flema patriótica del Gobierno británico, empujando el Brexit en su agenda política, verás que ha reaccionado en dirección opuesta al resto de Europa y sin coordinación internacional. No solo reaccionó tarde, sino también enviando mensajes contradictorios a los ciudadanos pidiendo que nos inmunicemos por contacto para luego pedir distanciamiento personal. El primer ministro, Boris Johnson, se contagió por seguir sus propios consejos".
Al igual que en Euskadi, al principio sí que hubo desabastecimiento de algunos productos debido al pánico creado: "Por alguna razón el papel del baño desaparecía de las tiendas tan pronto como lo reponían. Pero, después del pánico inicial, no ha habido problemas de abastecimiento. Eso sí, se ha notado que algunas cosas han subido de precio".
En el lado positivo de la crisis cabe destacar que en la euskal etxea londinense no tienen constancia de que ninguno de sus miembros haya tenido problemas de salud derivados del covid-19: "De momento, hemos sido afortunados". La asociación vasca ha puesto en marcha una iniciativa para ayudar a su comunidad: "Hemos creado una pequeña red de apoyo moral a la gente que sufre por estar aislada. Hay llamadas telefónicas que duran hasta dos horas con la sola intención de preguntar cómo estás. También estamos ayudando a los socios y demás personas con las solicitudes de ayudas estatales británicas y de la CAV".
Según Rodríguez-Sánchez, todo lo que en Inglaterra se habla sobre la desescalada "solo son rumores": "El Gobierno no ha explicado todavía ni cómo, ni cuándo va a ser esa vuelta a la nueva normalidad".
Además de los fallecidos, la pandemia ha dejado a la vista, según el usuario de la euskal etxea, una realidad de la que gran parte de la sociedad británica no era consciente: "La pandemia nos ha abierto los ojos hacia otra realidad. Nos ha enseñado la gente invisible que vive a nuestro alrededor. Vivimos en una ciudad donde las prisas no te dejan conocer a otra gente y con esta pausa forzada hemos conocido a nuestros vecinos mas allá del buenos días. Ha crecido la solidaridad de la gente con los más necesitados: indigentes durmiendo en la calle, los ancianos, los pequeños que viven al límite de la pobreza y dependen de ayudas sociales".
La luz al final del túnel todavía se lejos y Rodríguez-Sánchez cree que esta pandemia se sumará al complicado contexto actual de Reino Unido: "Será difícil recuperarse, ya que habrá que sumar los efectos del covid-19 con el Brexit".
Fundación. La euskal etxea de Londres ha pasado por tres fases desde su creación. En los 50 hubo una oficina del Gobierno vasco, en los 70 existió como asociación cultural y la actual se estableció en 1998 como asociación cultural y social de la comunidad vasca en Londres.
Ubicación. Actualmente no tiene sede debido a que los altos precios de alquiler obligaron a cambiar la forma de funcionar. Hoy en día tiene una sede postal en un barrio céntrico de Londres, pero alquilan diferentes locales para eventos, como proyecciones de películas, documentales, charlas, conferencias y también otros locales que estén equipados con cocina para cenas y comidas de la sociedad.
Socios. Los números fluctúan dependiendo de cada época del año y de año en año. Londres tiene mucha población flotante de estudiantes, trabajadores temporales y turistas. Esperan que el Brexit afecte a este flujo de personas. La Elkartea se centra en Londres, pero mantiene lazos con vascos de todo el Reino Unido a través de correos y llamadas telefónicas. También hay gente de otras nacionalidades interesadas en la cultura vasca.
"Se va a tardar en recuperar porque se juntarán los daños del coronavirus y del Brexit"
Miembro de la euskal etxea