- Italia registró ayer 525 fallecidos con coronavirus en veinticuatro horas, la cifra más baja desde el 19 de marzo, y ya se prepara para aplicar la segunda fase de la emergencia, acabar progresivamente con el confinamiento nacional, siempre y cuando la tendencia a la baja continúe en los próximos días.
El número de fallecidos desde que se detectó el brote a finales de febrero es de 15.887 y los contagios totales ascienden a 128.948, es decir 4.316 casos más en veinticuatro horas, una cifra inferior a la registrada el sábado, informó ayer Protección Civil.
El presidente del Instituto Superior de Sanidad, Silvio Brusaferro, explicó en rueda de prensa que "la curva de transmisiones ha iniciado la ralentización, también la de fallecidos. Son dos datos positivos que demuestran que las medidas aplicadas están dando resultados", pero es necesario seguir respetando el confinamiento para controlar completamente la propagación del virus.
"Si los datos se confirman, debemos comenzar ya a pensar en una segunda fase" que devuelva la normalidad de forma gradual, al tiempo que se mantiene "baja y controlada la expansión del virus", añadió.
El jefe de la Protección Civil italiana, Angelo Borrelli, subrayó por su parte que los hospitales de Lombardía (norte de Italia), la región más castigada, ya no están saturados y no necesitan transferir enfermos ingresados en unidades de cuidados intensivos a otros centros del país, por primera vez desde el inicio de la gestión de la emergencia.
La prioridad es que la gente siga respetando el aislamiento, algo que no todos hacen, pues, según datos oficiales, ayer fueron denunciadas 9.000 personas por no cumplir las normas, mil más que el día anterior.
El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, considera que Italia tendrá que convivir con el coronavirus hasta que se encuentre una vacuna y avanzó que el Ejecutivo trabaja ya en un plan para cuando se levante el confinamiento total a nivel nacional, por ahora vigente hasta el 13 de abril.
Este plan incluye la creación de más hospitales para asistir a enfermos con coronavirus, la aplicación de test masivos para intentar saber cuántos de los 60 millones de italianos han pasado ya la covid-19 y son inmunes y el lanzamiento de una herramienta digital que ofrecerá datos sobre los movimientos de los enfermos durante las 48 horas previas a haber dado positivo.
"El fin del aislamiento será progresivo, que nadie piense que se acabará de un día para otro", destacó.
Italia debate en las últimas horas la necesidad de usar mascarillas fuera de casa, especialmente después de que la región de Lombardía obligue desde este domingo a los ciudadanos a cubrirse la nariz y la boca cuando estén en la calle, con mascarillas o bufandas, e impondrá multas de hasta 400 euros a quienes no respeten esta disposición.
La Toscana ha avanzado que también impondrá esta medida, tan pronto como sus municipios distribuyan los 10 millones de mascarillas compradas por la región.
El sábado, al ser preguntado sobre la conveniencia del uso de mascarilla, el jefe de Protección Civil dijo que no la utiliza porque prefiere guardar la distancia recomendada con otras personas.
Pero ayer Borrelli volvió a ser preguntado al respecto y afirmó que "el uso de la máscara es muy importante" porque "evita la propagación del virus" y alentó a respetar la decisión de Lombardía.
De forma paralela, el exministro del Interior italiano y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, ha pedido que se abran las iglesias para permitir que los fieles celebren los ritos de Semana Santa y ha opinado que "no solo la ciencia es suficiente" para frenar el coronavirus, sino que también se necesita "a Dios".
Sus palabras han sido criticadas por el alcalde de Milán, Giuseppe Sala, miembro del Partido Demócrata, que ha acusado a Salvini de generar titulares, al tiempo que le ha animado a pedir la apertura de las iglesias a las regiones de Lombardía y Véneto, entre las más afectadas y que están gobernadas por su partido, la Liga.
21.815
Según la Universidad John Hopkins, 21.815 personas se han recuperado ya en Italia del COVID-19.
El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, explicó ayer que "nuestro trabajo es crear las condiciones para convivir con este virus, al menos hasta que tengamos la vacuna o una cura".