- Llevar mascarilla o no. Para todos o sólo para los contagiados. Factor decisivo o apenas una ayuda. El debate sobre si taparse la boca y la nariz ayuda a contener la expansión del covid-19 está muy presente en Europa Central, donde varios países han impuesto su uso, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) se muestra escéptica.
República Checa y Eslovaquia son los dos únicos países en Europa que han impuesto el uso obligatorio de mascarillas al salir de casa (también Israel). A ellos se suma ahora Austria con la obligación de emplearlas en los supermercados, y Eslovenia en cualquier espacio público cerrado.
En estos cuatro países, una bufanda o una prenda de ropa que cubra nariz y boca, y limite la expulsión del virus al toser o estornudar, se acepta como sustituto de las mascarillas.
En Hungría las autoridades desaconsejan su uso a quienes están sanos porque creen que genera una falsa sensación de seguridad, al tiempo que reconocen que no hay suficientes mascarillas para toda la población, por lo que no es posible imponer su uso.
El Gobierno búlgaro ha sido el mejor ejemplo de las dudas y el debate sobre las mascarillas: en apenas unas horas pasó de imponer su uso bajo pena de multas de 2.500 euros, cuatro veces el salario medio, a dar marcha atrás porque "no hay consenso en la sociedad".
En España, el Ministerio de Sanidad no se ha mostrado en ningún momento demasiado estricto con respecto al uso de mascarillas. En un tuit del 18 de marzo, que titulaba ¿Debo utilizar mascarilla para protegerme del nuevo coronavirus?, el departamento que dirige Salvador Illa afirmaba que "la población general sana no necesita usar mascarillas. Las mascarillas ayudan a prevenir la transmisión del virus si las llevan quienes están enfermos. Los profesionales sanitarios indicarán el uso de mascarillas en aquellas situaciones en las que se considere necesario".
La OMS ha tratado de aclarar el asunto con una serie de sencillas recomendaciones. Quienes están enfermos, deben usar máscaras para evitar contagiar a otros. Quienes cuidan y tratan a los enfermos, deben llevarlas también para protegerse del contagio.
En este punto, hay que explicar que no todas las mascarillas son iguales. Por un lado están las mascarillas que simplemente cubren la nariz y la boca, como las que usan los cirujanos, y que sólo pueden limitar el riesgo de contagiar a otros, pero no le protegen a uno del contagio.
Por otro, las que tienen un sistema de filtrado que en función de su umbral de protección se clasifican, de menos a más seguras, como FFP1, FFP2 y FFP3.
Una máscara FFP2 suele ser suficiente para retener las gotitas que genera una persona infectada cuando tose, estornuda o habla. La OMS recuerda que el covid-19 no se transmite por el aire: esas gotitas pesan demasiado para quedar flotando, y caen rápidamente al suelo
La infección puede producirse al respirar el virus si se está a menos de un metro de alguien infectado, o tocando una superficie contaminada y llevándose luego las manos a la cara.
Resumiendo, la OMS no recomienda el uso de máscaras para la población sana, pero tampoco critica a los países que recomiendan llevarla.
Eso sí, recuerda que esa prenda es habitualmente usada de forma errónea, o puede dar una falsa sensación de seguridad o hacer que se olvide la medida más eficaz: guardar distancia y lavarse las manos.
"El uso de mascarillas en sí no garantiza la protección si no se combina con otras medidas. El problema es que la gente que las utiliza puede tener un falso sentimiento de seguridad y olvidar otros gestos esenciales como lavarse las manos", explica el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jasarevic.
Aterriza un avión de Ayuso. Uno de los aviones con 58 toneladas de material sanitario comprado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid en China que permanecía desaparecido aterrizó ayer por la tarde en el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. El cargamento se distribuirá de inmediato entre los hospitales de la región, como prometió la presidenta, Isabel Díaz Ayuso.
Ayuda a mujeres maltratadas. El Consejo General de Farmacéuticos ha puesto en marcha la iniciativa Mascarilla-19 para ayudar a las mujeres víctimas de violencia de género, que pueden acercarse a una farmacia y pedir una Mascarilla 19. El personal farmacéutico entenderá la contraseña y llamará a los servicios de emergencia, garantizando la máxima discreción y confidencialidad.