La preocupación aumenta entre los turistas vascos atrapados en Perú por el cierre de fronteras por el coronavirus. Koldo García, socio fundador de Erandio Bidaiak permanece en Lima junto a un grupo de 26 vascos sin poder salir del hotel.
Según explican los días pasan, pero el teléfono ya ha dejado de sonar y ellos están confinados en una habitación de 15 metros cuadrados en la capital peruana y sin ninguna noticia. La desesperación y la incentidumbre crece; el tiempo pasa y el consulado no ofrece ninguna información que les aclare el futuro.
En este grupo hay personas que por diferentes patologías necesitan medicamentos que en Perú no pueden conseguirlas. "La prensa se hizo eco al principio, pero pasa el tiempo y el teléfono está en silencio. Entiendo que 26 personas somos pocas ante las miles que tienen que proteger.
No es lo mismo estar en Euskadi que estar fuera sin saber cuándo vamos a volver", apunta. La comida también escasea y las habitaciones no se limpian por falta de personal. "Nosotros andamos con mascarillas y limpiando un poco las habitaciones con desinfectante", cuenta Koldo García. Solo espera que esta pesadilla del coronavirus lejos de casa termine cuento antes.