MADRID. Según el relato de SOS Racismo en un comunicado, la mujer, natural de Guinea Ecuatorial, pretendía coger el autobús en Móstoles para volver a su casa en Camarena (Toledo), donde vive con su hijo, pero el conductor se lo trató de impedir al no quedar asientos libres en el vehículo y al no estar permitido viajar de pie.

Los sindicatos con representación en la Policía Municipal de Móstoles -CCOO, CPPM, CSIF, UPM, CEM y UGT-, han emitido hoy un comunicado conjunto asegurando que "había muchas más personas en la parada que se tuvieron que bajar del autobús, entendiendo los motivos, excepto estas dos personas", por lo que niegan que existiera racismo.

Desde SOS Racismo insisten en que la mujer había comprado, con tiempo, un billete de ida y vuelta para ella y su hijo, ya que ese trayecto, que sale desde la estación de Méndez Alvaro y pasa posteriormente por Móstoles, suele ser uno de los más concurridos, pero al llegar al autobús, a las 20.15 horas, ya venía completo.

Según su versión, el conductor, que la "amenazó" con llamar a la Policía, no le ofreció "ninguna otra opción", ni tan siquiera la devolución del importe del billete, por lo que ella se negó a bajar del autobús y el conductor acabó contactando con los agentes municipales de Móstoles. A los pocos minutos, varios agentes locales se personaron en el autobús para tratar de convencer a la mujer de que accediera a bajarse del vehículo, pero, tras la negativa de esta, los agentes tratan de bajarla a la fuerza.

En el comunicado, los sindicatos policiales explican que cuando llegaron a la parada de autobús, en la Avenida de Portugal, previo requerimiento del conductor, el cual no podía continuar con su trayecto, "median entre las partes", pero "dos personas de nacionalidad guineana, un varón y una mujer, se niegan a bajarse".

"El conductor no podía continuar la marcha ya que el reglamento prohíbe que alguien pueda viajar de pie en estos trayectos", añaden.

Los hechos fueron grabados por otra viajera con su teléfono móvil y en el vídeo, que ha sido difundido por la asociación en redes sociales, se aprecia como la mujer cae por las escaleras directa al suelo en un intento por resistir a los empujones de la policía, que siguen tirando de ella hasta desalojarla del autobús.

Una vez fuera del autobús, se observa como los agentes -hasta ocho, según los testigos-, zarandean a la mujer e intentar reducirla con muchas dificultades, ya que la mujer insiste en volver a subir al autobús, llegando a enfrentarse a los agentes con la ayuda de otro hombre, supuestamente su hermano. Según la versión policial, después de "más de media hora de intentar hacer entender a estas personas que no podían viajar en ese autobús y con el fin de que el resto de viajeros pudieran continuar el trayecto, tienen que desalojar del mismo a las dos personas y al menor, por su reiterada negativa y desobediencia a los agentes".

Los agentes han defendido que su intervención es "ajustada a derecho, se encuentra en sede judicial" y que "no se trata de un acto racista, machista o similar".

Por su parte, la presidenta de SOS Racismo, Paula Guerra, ha asegurado en un comunicado que "no es el primer incidente racista" de este tipo que denuncian y se pregunta si "se hubiera producido esta misma violencia si la mujer afectada hubiera sido una española blanca".