vitoria - Hay tradiciones que no solo no se pierden en el País Vasco, si no que cada año acumulan más adeptos. Muchos montañeros tienen la costumbre de subir a alguna cumbre para despedir o recibir el nuevo año. Txindoki, en Gipuzkoa y Gorbea, para alaveses y vizcainos, son los montes vascos que siguen siendo los escenarios perfectos para disfrutar de una jornada de fiesta en plena naturaleza.

El buen tiempo y la coincidencia de domingo -último de 2018- motivó que muchos vascos adelantasen a ayer la ascensión a los montes. Sin embargo, la peregrinación de los amantes de la montaña se volverá a repetir hoy lunes, 31 de diciembre y, mañana, 1 de enero de 2019. Desde muy temprano la subida al Gorbea tanto por Pagomakurre, en el lado vizcaíno, como por Murua (las canteras) o desde Zárate, en el lado alavés se convirtió ayer en una verdadera procesión. En la cima, a los pies de la emblemática cruz no faltaron los gorros navideños, los cuernos de arce y el hamaiketako, acompañado de cava. A lo largo de la jornada dominical, los brindis en la cima fueron una constante. “Arriba pegaba el viento, pero se podía aguantar perfectamente. Nosotros hemos estado unos cuarenta minutos. Hemos sacado el jamón, el pan, el cava y los motivos navideños para sacarnos fotos”, destacó Alberto, montañero que ayer subió por primera vez al Gorbea en estas fechas. Una espesa niebla acompañó la ascensión de Alberto y de su cuadrilla, compuesta de amigos de Bilbao y de Gasteiz. “Parecía que no iba a despejar, pero a medida que hemos ido subiendo la niebla ha quedado abajo y el cielo estaba azul, la imagen era preciosa”, relató el mendizale. Tampoco parecía que iba a haber mucha gente, pero en el punto donde se juntan todos los caminos hacia la subida de la cruz, el desfile de montañeros fue “enorme”. “Se veía una fila constante de gente subiendo”, concretó Alberto. - S. Atutxa