Bilbao - Juan Carlos Llano es el autor del informe que año tras año hace un seguimiento de la pobreza y la exclusión social en el Estado español. De la edición de 2018 destaca “el aumento en las desigualdades de renta, por género, por edad y, sobre todo, la desigualdad territorial”.
¿Qué lectura general se desprende del informe de este año?
-Que se nota una cierta mejoría pero que no llega a todas las personas, hay muchos grupos que han empeorado. La renta media ha crecido pero si divides a la población en cuartiles de renta, para el 25% más pobre la renta no aumenta. Así el grupo más pobre se queda fuera de la recuperación.
Una recuperación muy parcial.
-El discurso de la recuperación es bastante dudoso por decir algo políticamente correcto porque me sale un término más duro. Todo ese discurso de que hemos salido de la crisis y todo va de maravilla no es cierto porque se compara con el 2008, un año en el que todavía estábamos creciendo con el impulso económico de la década anterior. Es muy dudoso que la recuperación se haya producido y, además, esa mejora que es verdad que se nota en algunas cosas, no afecta a toda la población.
El País Vasco mantiene su diferencial positivo con las tasas estatales, pero hay algunos datos que llaman la atención.
-En el País Vasco han subido un poquito la tasa de riesgo de pobreza y la de pobreza severa. Interpreto que esto se debe a que hay gente que se queda fuera del sistema de protección social, a pesar de que en el País Vasco el sistema es bueno.
¿Hay más o menos pobreza?
-La tasa AROPE se ha reducido 1,4 puntos porcentuales y la línea de reducción es más inclinada que la nacional, eso es bueno. Sin embargo, la pobreza aumentó 7 décimas y eso tiene que ver con las decilas de renta por unidad de consumo: se divide la población en 10 grupos de renta, de menor a mayor renta. Ahí se ve que el porcentaje de población vasca en el decil 1, el de menor renta, pasó del 4,3% al 4%, eso significa que hay menos pobreza extrema, que se ha reducido el grupo más pobre, pero sin embargo ha aumentado el siguiente, el decil 2 que también son bastante pobres y el decil 3 ha pasado del 4,9% al 5,9%. Este grupo es el de las personas que ingresan entre 8.100 y 10.000 euros. Ahí es donde está el umbral de pobreza y cualquier modificación hace que mucha gente pase a un lado u otro de la línea.
Algunos datos del informe no han sido bien recibidos.
-Un articulista arremetió contra los datos y preguntaba dónde se veían diez millones de personas pobres. Yo le contesté que se intenta establecer una confusión interesada entre pobreza y miseria, en el sentido de que si pensamos que pobres son los que venden pañuelos en los semáforos o piden en las puertas de las iglesias, claro que no hay diez millones de pobres.
¿Quién es pobre?
-Se han utilizado muchos recursos para calcular el porcentaje de pobres, pero muy pocos a saber de qué estamos hablando realmente cuando hablamos de pobreza. Por eso este año hemos estudiado a las personas pobres según la Encuesta de Condiciones de Vida y vimos una cosa muy diferente a ese mensaje que lanzan algunos: el 14% de las personas pobres son titulados universitarios y casi un 50% de ellos tiene titulación media, así que los pobres no son personas que no han estudiado, algunos hay; el 81% de todos los pobres son españoles, es mentira el discurso de que son los inmigrantes los que se llevan los recursos sociales, es cierto que hay inmigrantes pobres, pero la inmensa mayoría son españoles; otra cosa muy importante, el 33% de las personas pobres de más de 16 años tiene trabajo y el 14% de las personas que están trabajando son pobres.
¿Estamos más lejos de los objetivos europeos de reducción de la pobreza?
-Teníamos que haber reducido los pobres en 1,5 millones sobre las cifras de 2009 y resulta que tenemos 800.000 más, así que para cumplir el compromiso europeo 2020 habría que reducir la pobreza en casi 2,5 millones de personas y eso va a ser imposible en dos años.