donostia - El pasado día 16 de octubre abrió sus puertas de forma oficial Neure Clinic, un centro de diagnóstico avanzado en trastornos del lenguaje insertado en el Basque Center on Cognition, Brain and Lenguage (BCBL). La responsable de la nueva clínica es Nekane Galparosoro, que explica el funcionamiento y objetivos del centro.

¿Qué es Neure Clinic?

-Neure Clinic es una especie de departamento dentro del BCBL, que es un centro de investigación básica. Tiene como objetivo la transferencia de conocimiento del BCBL a la sociedad de forma directa. Se puede decir que es la faceta más aplicada de lo que hace el centro, aunque todo no se puede transferir de forma directa.

Es un centro preparado para la realización de evaluaciones en el ámbito de los trastornos del lenguaje. ¿Pero cómo se trabaja?

-Nuestra tarea es llevar a cabo evaluaciones y diagnósticos sobre trastornos del lenguaje. Inicialmente empezaremos con trastornos del lenguaje oral y problemas en la adquisición de la lectoescritura, lo que conocemos como dislexia. Más adelante también tenemos previsto valorar a adultos con lesiones cerebrales por ictus, accidentes y otras causas que han perdido la capacidad lingüística.

¿Qué personas se acercan a Neure?

-Principalmente familias que llegan por propia iniciativa o derivadas por otros profesionales que han observado que los niños tienen problemas en el desarrollo del lenguaje oral en las épocas que deberían de iniciarse, o muestran dificultades cuando empiezan a leer. Aquí les hacemos una evaluación exhaustiva y un informe que pueden llevar a los profesionales, como son los logopedas, que les facilita la intervención, porque no hay que olvidar que en este centro no se lleva a cabo el tratamiento.

¿Las pruebas evalúan el alcance del problema?

-Este tipo de dificultades no suelen ser puras, es decir, no vienen solas. En las evaluaciones trataremos de ver qué áreas concretas del lenguaje o qué procesos del lenguaje y la lectura están afectados. También valoraremos otra serie de cosas, porque puede que haya otros procesos cognitivos que pueden estar alterados. Podemos ver si hay problemas de atención, aunque no profundizaremos en ellos. Haremos una valoración global.

¿Cuáles son las pruebas que se utilizan para hacer el diagnóstico?

-Se utilizan los típicos test que están en el mercado. Pero si hay algo que nos va a distinguir, y es un trabajo que hacemos junto al BCBL, es que estamos creando nuevos instrumentos de evaluación y la principal aportación es hacerlos en euskera, porque en euskera no hay nada en el mercado para valorar de forma objetiva a niños cuya lengua materna es la vasca. Ahora podemos intuir, comparar con la media, pero no hay instrumentos para realizar una evaluación objetiva. Estamos creando y dando forma final a una herramienta en euskera para valorar el lenguaje oral que mide las distintas áreas del lenguaje, desde la fonética a la fonología o la sintaxis. Estamos recogiendo datos también de niños sin dificultades de la misma edad y entorno para luego comparar.

¿Es tan importante utilizar herramientas de evaluación en la lengua materna?

- Claro. Si no le valoramos en su idioma materno es difícil distinguir si el problema es que no domina el idioma o si es un problema de desarrollo. Ahí te encuentras que no sabes exactamente hasta dónde puede llegar cada cual. También queremos obtener datos con niños bilingües, que pueden estar desarrollando un léxico que mezcla palabras en euskera y castellano. Es importante para realizar las valoraciones.Inicialmente Neure va a centrarse en niños ¿cuáles son las principales afecciones que presentan?

- Vamos a trabajar principalmente dos. Una sería la que afecta al desarrollo del lenguaje oral. Hay un desarrollo tipo, una serie de hitos que los niños más o menos superan, aunque no todos son iguales. Hay niños que no siguen este desarrollo típico. No solo se quedan atrás sino que van por otro camino. Empiezan a hablar muy tarde, tienen un vocabulario muy pobre, a veces no se les entienden porque cambian los sonidos de las palabras, hacen oraciones muy simples o no las construyen... El lenguaje de por sí es muy complejo y pueden estar afectadas distintas áreas. Cada caso suele ser único y a veces es difícil insertarlo en los subtipos ya establecidos. La segunda sería la dislexia.

¿Cómo reaccionan los niños ante las pruebas?

-Normalmente bien porque se las planteamos como juegos. Habitualmente, además, ofrecemos refuerzos al final. Por ejemplo, les damos una pieza de un puzle cada vez que completa una prueba y lo van montando. Pero en función de la edad hay que tomar en cuenta el cansancio, los niños se acaban cansando y la duración de las sesiones varía según los años que tengan.

¿Son necesarias muchas sesiones para realizar una evaluación exhaustiva?

-La valoración se hace en diferentes sesiones y, en general, por las mañanas, que es cuando más frescos están. En el caso de dejar las pruebas para más tarde, resulta difícil distinguir si no atienden porque están cansados o si esa es su capacidad real.

Llega a Neure una familia con su niño o niña. ¿Cuál es el itinerario que se sigue?

- La primera sesión la solemos hacer con los padres, porque nos interesa saber cuál es su preocupación, qué buscan y conocer su punto de vista sobre las dificultades: lo que ven y lo que supone eso en el día a día. También es importante conocer los pasos que se han dado antes de llegar aquí y les pedimos los informes que puedan tener. Después ya se inician las sesiones con los niños, que requerirá más o menos citas en función de lo que vayamos viendo, porque la evaluación se hace respondiendo a lo que se va detectando. Luego nosotros necesitamos un tiempo para interpretar todo lo que se observa, entender lo que le pasa. La última sesión es con los padres, cuando el menor es pequeño, y con los padres y el niño si ya está más crecido y los adultos están de acuerdo. Les explicamos lo que le pasa, les damos el informe y la interpretación para que lo lleven a otros profesionales.

¿Con la valoración se hace la recomendación del camino a seguir?

- Sí. Siempre el informe lo terminamos con unas pautas que pueden ir dirigidas al entorno escolar y también recomendaciones de algún tipo de intervención. No les derivamos a un profesional en concreto, aunque no descartamos a futuro tener un listado de nombres que colaboren con nosotros, a título orientativo, porque nos lo solicitan. Nosotros decimos el tipo de intervención que necesita.

¿A qué edad se acercan los niños a Neure?

-Todavía no tenemos datos de perfiles, pero depende de cada dificultad. El problema de desarrollo del lenguaje oral surge pronto, en torno a los tres años. Los adultos son menos frecuentes, porque aunque tengan ese problema acaban comunicándose, pese a que el lenguaje no sea su fuerte. En el caso de las dislexias vienen algo más mayores, porque se detecta cuando empiezan a aprender a leer, más o menos a partir de los 6-7 años, aunque el diagnóstico no se suele hacer hasta los 8.

¿Trabajar sobre estos problemas es sencillo?

- Depende. En el caso de problemas de desarrollo del lenguaje oral nos podemos encontrar con niños con retrasos simples, a los que lo único que les hace falta es un empujón para llegar al nivel del resto. Pero si hay un trastorno específico del lenguaje este se caracteriza por una evolución muchos más lenta y es un trastorno más crónico. Llegan a comunicarse y a funcionar bien, pero la dificultad siempre va a estar ahí. En ese caso el trabajo tiene que ser más intensivo y a largo plazo. Se dan mejoras, pero con mucho esfuerzo y trabajo. En el caso de la dislexia también depende de la severidad de las dificultades. No es algo que se cura. Las consecuencias que tienen cualquiera de los dos problemas a nivel educativo son grandes, son importantes generadores de fracaso escolar.

¿Cuáles son las señales de alarma?

- Cuando son problemas del lenguaje oral las alarmas se encienden antes, como ya hemos explicado. Normalmente las familias lo suelen notar y la respuesta que han recibido durante años es “ya hablará”. Sí, dentro de unos márgenes es así, pero las familias lo consultan. En el caso de la dislexia los profesores suelen detectar que haciendo lo mismo que otros en clase el niño no consigue leer. A veces los signos ya empiezan antes.

¿Cómo llegan las familias a Neure?

- Los derivadores que hemos observado en proyectos de investigación, y que creemos que seguirán en la misma línea en Neure, son los servicios pediátricos, los centros escolares y otros profesionales, como logopedas, que recomiendan a la familia una valoración más exhaustiva. También vienen por propia iniciativa y además tenemos relación con las asociaciones, que saben de nuestra existencia.

¿Cómo se desarrolla la colaboración entre el BCBL y Neure?

- La colaboración radica en la creación de los instrumentos de valoración, que hemos hecho con los últimos conocimientos del BCBL. Las personas que vengan a Neure, además, van a tener la oportunidad de participar en proyectos de investigación en el BCBL y tendrán una especie de descuento en el servicio de nuestra clínica. Si están de acuerdo pasarán al laboratorio del BCBL.