Dos aviones de Ryanair estuvieron en riesgo de colisionar en vuelo sobre Aoiz
Investigan qué pasó con las dos aeronaves que no respetaron su distancia horizontal y vertical
Iruñea - Dos aviones de Ryanair, uno que cubría la ruta entre Santiago y Palma de Mallorca y otro que volaba desde Sevilla a Toulouse, estuvieron en riesgo de colisionar el pasado 2 de octubre a unos 30 kilómetros al este de Iruñea, aproximadamente sobre la zona de Aoiz, según consta en el informe preliminar realizado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), un organismo independiente vinculado al Ministerio de Fomento que está investigando las circunstancias de los hechos. Las aeronaves se situaron por debajo de los límites de separación establecidos para el tráfico en ruta, al cruzarse a unos 4 kilómetros de distancia horizontal y menos de 122 metros de separación vertical.
Según indica el informe preliminar, este incidente “grave” ocurrió en la tarde del pasado 2 de octubre, cuando un Boeing 737-800 de la compañía Ryanair que volaba en dirección a Palma y otra aeronave de iguales características que se dirigía a Toulouse se aproximaron hasta niveles de riesgo a unos 30 kilómetros al este de Iruñea, cuando iban en ruta. Los aviones se encontraban “en frecuencia con el centro de control de área de Madrid” cuando sufrieron una “pérdida de separación” que activó los avisos de alerta del Sistema Anticolisión en Vuelo (TCAS) de ambas aeronaves.
Según explica el organismo, los aviones llegaron a estar a unos cuatro kilómetros de separación horizontal y a solo 122 metros de separación vertical. Al activarse el aviso del TCAS, las tripulaciones corrigieron la trayectoria y resolvieron la incidencia y continuaron hasta el destino sin más percances, indica el informe preliminar, que servirá de base para una investigación más amplia en la que se aportarán las causas del incidente.
Más extraños en ruta Expertos en navegación aérea indican que estos incidentes “son más habituales en maniobras de aproximación a un aeropuerto, no tanto en ruta” y explican que cuando algo así ocurre las medidas tecnológicas anticolisión que van embarcadas en los aviones, el TCAS (siglas en inglés del Traffic Alert and Collision Avoidance System, el sistema de alerta de tráfico y evasión de colisión), se comunican entre ellas para da una solución a los pilotos y evitar que dos aeronaves choquen en el aire, haciendo que un piloto suba y otro baje o corrijan su posición. Este sistema, conocido coloquialmente por los controladores como el Santicas por su importancia para resolver conflictos en el tráfico aéreo, ofrece datos de distancia, rumbo y altitud entre aeronaves y alerta de situaciones de riesgo, también al centro de control aéreo, que en el caso del incidente ocurrido sobre Nafarroa era el de Madrid.
La coordinación entre las instrucciones de corrección que debe seguir cada piloto es crucial, como demostró el accidente del Lago de Constanza, ocurrido el 1 de julio de 2002 en el sector fronterizo entre Alemania y Suiza, cuando dos aviones chocaron en pleno vuelo causando la muerte de todos los pasajeros y las tripulaciones.