donostia - Asier Erkoreka es el nuevo presidente de la Asociación de Jefes y Jefas de la Policía Local de Euskadi. El responsable defiende que todos los agentes deben portar pistola, un debate que en Gipuzkoa sigue sin estar resuelto.

¿La Guardia Municipal está lo suficientemente cerca del ciudadano?

-Siempre lo ha estado. Las guardias locales quizá han pecado de no tener un servicio de comunicación potente y dinámico que traslade a la ciudadanía su actividad. Hoy lo hacemos con el uso de las redes sociales.

Donostia no cuenta con una persona que se dedique exclusivamente a ese cometido. ¿No es una figura necesaria?

-Desconozco el caso concreto, pero consideramos que la comunicación es muy importante. Dar a conocer nuestro trabajo es importante porque genera confianza en la ciudadanía. En ese sentido, puedo decir que la Guardia Municipal de Donostia está presente en los medios, aunque siempre se puede mejorar. El ciudadano nos tiene que conocer.

Violaciones, robos con violencia? ¿cuál es ahora mismo el mayor motivo de preocupación?

-Estar cerca de los ciudadanos. Los datos delincuenciales se mantienen estables. Nos faltan los datos del último trimestre, pero como novedad si puedo decir que va en aumento la delincuencia virtual, que nos preocupa mucho. Hay delitos contra la libertad sexual que, en buena medida, han crecido debido a un mal uso de las redes sociales. El acoso virtual cuesta investigarlo. Forma parte de nuestro día a día, y nos exige un proceso de readecuación.

¿Es más difícil combatir la delincuencia virtual que el de borrachera?

-Sin duda. Todo lo que no es tangible, lo virtual, nos ha superado. Es un mundo que nos ha venido de golpe y que contrarrestamos colaborando con la Ertzaintza. Nos gustaría tener más medios.

¿Las fiestas de verano son un foco de tensión añadida?

-No diría tensión, pero sí el momento de dar el callo. Son fechas que nos ponen a prueba. Estamos ante elevadas concentraciones de personas en espacios reducidos, normalmente en horario nocturno, donde se combinan alcohol y otras sustancias. ¿Y ustedes cómo se preparan?

-Vuelvo a las estadísticas. Toda esa información que tenemos nos permite desplegar planes de acción para hacer frente a los posibles delitos. Previamente visualizamos el escenario, y también las respuestas posibles a ese tipo de situaciones. En ese sentido, es importante la coordinación entre la Ertzaintza y las policías locales.

Existe una percepción social de que ha aumentado la inseguridad. ¿Es real?

-La inseguridad no ha aumentado. La percepción es otra cosa. Todos queremos seguridad. Desde pequeños queremos que nuestros padres y madres nos den un abrazo, que nos arropen. Es legítimo que el ciudadano tenga temor. El delito cero no existe, es una utopía. Pero en Euskadi nadie sale de casa huyendo de nada ni mirando hacia atrás. Me gustaría trasladar a la ciudadanía que esté tranquila, que estamos trabajando duro y, en ese sentido, estamos dando una buena respuesta.

¿Hay efectivos suficientes?

-Nunca hay los suficientes. Esto es como en el fútbol. El entrenador siempre quiere tener los mejores profesionales. Cuantos más, mejor. Siempre queremos más recursos. También depende de la comisaría, aunque los ratios más o menos se están cumpliendo.

¿Deben portar pistola los agentes de la Policía Municipal?

-Rotundamente, sí. Es una herramienta más. El uso de la fuerza está regulado y legislado. No se puede hacer ningún uso arbitrario. Si en otras capitales vemos a un agente local portando un arma, ¿por qué aquí generamos un debate? Lo que prevalece es la seguridad del ciudadano y también del propio trabajador. Si llevar un arma da una seguridad añadida, bienvenida sea.

El delincuente no entiende de uniformes?

-Claro, generalmente es el policía local el primero en acudir al lugar, y el delincuente no va a esperar a que venga la Ertzaintza para usar su arma.

Mientras en el resto de territorios vascos se asume con naturalidad el uso de las pistolas, en Gipuzkoa es un debate candente. ¿Por qué?

-En Bizkaia y Araba es un debate superado. Se nos ve con el arma en la calle y nadie se lleva las manos a la cabeza por ello. La gente se siente segura. Es una herramienta que se usará si es necesario, siguiendo la legislación vigente. Hay muchos agentes de policía en Gipuzkoa que están muy preocupados porque tienen una sensación de inseguridad. Nuestra asociación entiende que es un debate que no debería darse. Hay que superar este tipo de cuestiones y utilizar las herramientas imprescindibles.

¿Hay agentes que se sienten inseguros por no portar armas?

-Sí. Así lo han expuesto públicamente desde comisarías de policía local. Afrontar un hecho delictivo exige ser resolutivo. Supongamos que salta la alarma en un banco. Llega una patrulla de la Guardia Municipal pero no se atreve a actuar porque no tienen armas y aguardan a la Er-tzaintza. No puede ocurrir. El ciudadano no lo va a entender.

Una cosa es que se permita su uso, y otra que se emplee. ¿Es habitual utilizar la pistola en el día a día?

-Es anecdótico que un agente llegue a emplear su arma en toda su carrera profesional. Nadie quiere utilizar un arma. Nuestra gran herramienta son las comunicaciones, la emisora, y el bolígrafo.

Errenteria se cerró en banda en la década de los 90, Eibar lo había hecho en los 70. ¿En Gipuzkoa existe un factor ideológico que dificulta portar armas?

-No lo sé. No disponemos de datos al respecto para dar una explicación en ese sentido.

Uno de los casos más recientes ha sido el de Arrasate, donde no es ningún secreto la oposición de EH Bildu a armar a los agentes locales. ¿Qué opina?

-Insisto en que no hay ningún problema que en la policía local vaya armada. En muchísimos municipios de Euskadi se portan pistolas y no pasa nada. No entendemos por qué tiene que haber un problema al respecto en Arrasate. Desconozco la motivación de Bildu, pero seguro que hay mucha preocupación de la plantilla por ello.

¿Ha conocido casos de policías contra las cuerdas por no ir armados?

-El caso de Arrasate. Hace un año hubo un tiroteo y la patrulla más cercana era de la Policía Municipal. Iban desarmados. Sucesos así muchísimos. Hay miles de agresiones a las que los agentes tienen que hacer frente.

Los agentes más veteranos suelen ser quienes más se oponen al uso de pistolas. ¿Con la incorporación de policías más jóvenes se acabará normalizando el uso?

-Habría que ver por qué se ha suscitado el debate. Pero insisto en el mensaje. Desde la asociación vemos la pistola como una herramienta más, siempre desde el sentido de la responsabilidad.

¿Todos los policías locales llevan a cabo un periodo de formación de seis meses en la academia de Arkaute con prácticas de tiro?

-Sí. En Arkaute se ha normalizado la formación para todos los municipios. Se realiza el mismo curso que sigue la Ertzaintza, con la misma materia.

¿No hay otras maneras de oponer resistencia que no sea con el uso de una pistola?

-Claro que sí, pero esto no es Hawai 5.0, la serie de televisión de crimen y drama estadounidense donde todos se defienden con artes marciales. Tenemos una formación, pero no somos superpersonas. Ante una agresión o un ataque con un objeto tan peligroso como puede ser un arma, el poder de reacción debe ser proporcional al nivel de esa agresión.

¿No hay soluciones intermedias?

-Está el bastón policial, por ejemplo, que se utiliza en todo Gipuzkoa y no suscita ninguna controversia. Todo depende de la proporcionalidad de la agresión.

¿Más allá de las prácticas de tiro, ustedes realizan algún tipo de entrenamiento?

-Claro que sí. Es necesario conocer bien las técnicas de cacheo, y las decisiones a tomar en situaciones complicadas. Se instruye a los aspirantes en las técnicas del bastón policial y en defensa personal.

¿Hacen falta chalecos antibala y antipunzón?

-Entendemos que sí. Es una protección añadida. Utilizando el paralelismo, es como plantearse si hace falta el airbag en un coche. Claro que sí, todo lo que sea protección añadida es necesaria.

¿Qué relación mantienen con otros cuerpos policiales como la Ertzaintza?

-Diría que, en general, a día de hoy tenemos una buena relación, cada vez mayor. Ambas partes nos hemos dado cuenta de que el ciudadano lo que quiere es protección, al margen del color del uniforme que le vaya a dar el servicio. Estamos cada vez más coordinados, y se ha avanzado mucho.

Ha respondido que la relación con la Ertzaintza es buena “en general”? ¿Y en particular?

-Como en las relaciones de hermanos, a veces hay discusiones. Pero se arregla y ya está. Hay que tener en cuenta que todos los días debemos afrontar infinidad de actuaciones, muchas de ellas en momentos de tensión, y eso nos lleva a discutir. Son discusiones que se superan sin mayor problema, teniendo en cuenta de que la alianza con la Ertzain-tza es total.

Usted preside una asociación de jefes y jefas de policía. ¿Tienen mucho que reivindicar?

-El origen de la asociación se remonta a tres décadas atrás. Había una inquietud de los policías locales, con un incipiente servicio de seguridad ciudadana que se estaba desplegando. Muchas veces no se ha reconocido toda esa labor de protección ciudadana de las policías locales en un contexto social complicado. Fueron tiempos en los que las jefaturas vieron frustrado su trabajo al ver que su labor no estaba siendo valorado dentro del nuevo sistema de seguridad público vasco. Las jefaturas se reunieron para hacer sus aportaciones a la Ley de Policía del País Vasco que se estaba gestando. Se dieron cuenta de que había que sumar fuerzas junto con la Ertzaintza. Además, hay que tener en cuenta que la seguridad no entiende de territorialidad. Es decir, se presta servicio en Oñati, Oiartzun, Hernani? Las personas transitan, y por eso tenemos que tener un contacto entre unos y otros. Para mejorar toda esa coordinación se creó la asociación.