madrid - La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) alerta de que el 55% de los hijos de padres sin estudios de bachillerato tampoco alcanza ese nivel formativo cuando son adultos, “una trampa intergeneracional” que puede provocar “altos niveles de desigualdad de ingresos” en España, advierte el informe Panorama de la Educación: Indicadores de la OCDE 2018, publicado ayer.
El porcentaje de población adulta que no tiene ningún título de educación secundaria superior en España, un 34%, dobla a la media de la OCDE, que se sitúa en el 15%. Este dato revela además una brecha de género, según este informe que analiza el estado de la educación en países de todo el mundo, ya que en España “los hombres corren un mayor riesgo que las mujeres de no alcanzar una titulación de educación secundaria superior”. En concreto, de 11 puntos porcentuales, una brecha solo superada en la OCDE por Portugal, con 14 puntos porcentuales.
A pesar de que el 55% de los hijos de padres sin educación secundaria superior tampoco logran ese nivel, un 24% lo superan y logran obtener una titulación universitaria, según el informe de la OCDE, que señala un año más que España gasta menos en educación que la media de los países de su entorno.
Según el informe de la OCDE, el gasto español en educación es del 4% respecto a su Producto Interior Bruto (PIB) mientras la media de la UE se sitúa en el 4,2% y la media de los países de la OCDE en el 4,5%. Además, el gasto por alumno en España se ha reducido entre los años 2010 y 2015 un 11% en educación primaria y secundaria, y un 13% en educación superior.
El gasto público de España por niveles educativos en inferior a los promedios de la OCDE y de los 23 países de la UE tanto en los niveles de primaria y secundaria, que no alcanza el 2,7% mientras en la OCDE asciende al 3% y en la UE al 3,2%, como en la educación superior, que en España es del 0,8% del PIB, mientras la media de la OCDE y de la UE es del 1%.
MENOS TRABAJO QUE LA MEDIa Por otra parte, los docentes españoles tienen una jornada de trabajo reglamentaria de 1.425 horas al año frente a las más de 1.600 horas de media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y las más de 1.500 de la UE.
Respecto a las horas lectivas, es decir, en las que dan clase, los profesores españoles suman 880 horas en Infantil y Primaria, 713 en la ESO y 693 en Bachillerato y FP grado medio frente a las 1.029, 778, 701 y 655, respectivamente, en la OCDE.
Estos datos coinciden en el tiempo con el anuncio hecho por la ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, en el Congreso, donde dijo que se iba a facilitar que las comunidades autónomas puedan establecer el número de horas lectivas semanales de los docentes, tanto en los centros públicos como en los concertados, con el fin de que pudieran reducirlas.
En la actualidad tienen un mínimo de 25 horas lectivas para Infantil y Primaria y 20 en ESO, recordó Celaá, que aclaró que los límites de la jornada laboral seguirán siendo iguales, pues se habla solo de la “carga lectiva” y no del tiempo que se dedique a tutorías u otras labores.
El estudio también especifica las horas de los alumnos en clase durante las enseñanza obligatorias. En Primaria son básicamente las mismas en España que en la media de la OCDE (792 horas por año frente a 793, respectivamente) y en la ESO los alumnos españoles alcanzan 1.054 horas frente a las 910 horas.
A su vez, se señala que los salarios de los profesores españoles en Secundaria son “inicialmente altos pero crecen despacio a medida que aumenta la experiencia profesional”.
Así, tras quince años de experiencia, sus salarios solo aumentan como término medio un 15 % comparado con un 39 % en los países de la OCDE. - Efe/E.P.