Bilbao - El Hospital de Cruces practicó la semana pasada una operación de corazón pionera en la CAV y muy novedosa en el Estado. Se trata de un moderno tratamiento mediante ablación con radiofrecuencia en un paciente diagnosticado de síndrome de Brugada, un trastorno del ritmo cardíaco potencialmente mortal ya que provoca el 20% de las muertes súbitas de las personas jóvenes con corazón normal. “Esta técnica para tratar las arritmias cardiacas consiste en la introducción de un catéter que, a modo de bisturí, quema una zona que es la que provoca la arritmia. La dificultad estribaba en que es una arritmia con un componente genético. Pero se ha conseguido que quemando ciertas partes del corazón, desaparezcan los cambios que definen este síndrome”, explicó ayer a DNA Andrés Bodegas, jefe de la Sección de Electrofisiología y Arritmias del Hospital de Cruces.
Este ha sido el primer procedimiento de estas características realizado en los hospitales vascos. Se llevó a cabo el pasado miércoles y el paciente se encuentra muy bien. “De la sala de operaciones, pasó a la unidad coronaria. Estuvo monitorizado 24 horas, perfecto, al día siguiente bajó a planta, se le hicieron un montón de pruebas para ver que no había ninguna secuela, y el viernes al mediodía se fue a casa”, detalló Bodegas, quien precisó que esta ténica requiere de un personal cualificado “ya que solo se practica de forma puntual en algunos centros”. Hasta ahora el único tratamiento eficaz, en la mayoría de los casos, era el implante de un desfibrilador antitaquicardia. Sin embargo, los doctores Pep y Josep Brugada -que describieron el síndrome en 1992- han desarrollado un procedimiento curativo alternativo.
En este momento, la nueva técnica de ablación está indicada en aquellos pacientes que portan un desfibrilador, que no es capaz de controlar las arritmias que ponen en serio peligro su vida, algo que ocurre en un 10% de los pacientes. Un problema que puede ser atajado por el equipo de Electrofisiología y Arritmias de Cruces, compuesto por Andrés Bodegas, José Arana, e Iñigo Sainz, quienes asesorados por el doctor Josep Brugadas -que acudió expresamente para enseñarles la técnica- ha realizado el primer procedimiento de este tipo en Osakidetza. Gracias a él, se ha tratado a este paciente a quien no le funcionaba la terapia convencional con desfibrilador y le causaba problemas graves.
Sin este dispositivo, los pacientes, con una edad media de treinta años, tienen una mortalidad muy alta, en torno al 50%. El máximo responsable del servicio aclaró ayer que “este síndrome provoca arritmias, pero nunca en esfuerzo, siempre durmiendo o en reposo”. Además, en un futuro esta nueva terapia podría sustituir al tratamiento con desfibrilador. “Hoy todavía no, pero en el futuro es probable. Hay que tener en cuenta que se lleva realizando desde hace cuatro años y aunque los resultados son muy optimistas, no son definitivos”, subrayó Bodegas.
Jóvenes. El síndrome de Brugada se diagnostica a personas jóvenes y con un corazón estructuralmente normal. Es hereditario y el 60% de los pacientes que fallecen tienen un familiar afectado.
200
En Euskadi hay unos 200 pacientes diagnosticados de síndrome Brugada que han precisado un desfibrilador por su alto riesgo de muerte súbita.