En muchas ocasiones exclusión social es sinónimo de pobreza, pero estar excluido no solo consiste en carecer de medios económicos o contar con unos ingresos muy por debajo de la renta media. En los últimos años la exclusión social se ve como una acumulación de desventajas en ámbitos muy diferentes de la vida -educación, vivienda, salud, empleo, derechos políticos, relaciones personales o ingresos-; la exclusión es una situación con múltiples causas que también debe ser abordada desde muchos frentes.

Esa perspectiva multisectorial e interinstitucional caracteriza el IV Plan Vasco de Inclusión Social 2017-21 que próximamente será tramitado y aprobado por el Consejo de Gobierno Vasco y que ya ha obtenido el visto bueno del Consejo de Inclusión Social, en el que están representados el Ejecutivo vasco, diputaciones, ayuntamientos, las organizaciones sindicales, empresariales, de personas usuarias, del tercer sector de acción social y las de profesionales que trabajan en el campo de la inclusión social. El documento, una especie de guía para abordar el tratamiento integral de la exclusión social, también es la expresión material del compromiso adquirido por la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, al inicio de la legislatura para “intentar reducir la tasa de pobreza de Euskadi en un 20%”.

El Plan, que deriva de un mandato europeo para que los gobiernos no sólo articulen políticas dirigidas al crecimiento sino que también tengan en cuenta a los que se quedan atrás o encuentran dificultades para incorporarse al progreso económico y social, incluye avances sustanciales respecto a ediciones anteriores, como la superación de la idea de que la única forma de combatir la exclusión es mediante el empleo.

En este sentido, el viceconsejero de Empleo y Juventud, Marcos Muro, señaló que “todas las personas que han participado en la elaboración del Plan han visto como positivo el reconocimiento de la exclusión social como un fenómeno multicausal y la estrategia para tratar la inclusión con un carácter multidimensional, es decir, que no vamos a centrarnos exclusivamente en el empleo sino que vamos a trabajar la inclusión desde el empleo, desde los servicios sociales, desde la propia RGI, la vivienda, la salud y la educación”.

Ámbitos cotidianos Así, el propio texto señala que las actuaciones contempladas en el IV Plan Vasco de Inclusión están orientadas a promover la inclusión de las personas en situación de exclusión social mediante iniciativas que incidan en todos los ámbitos de la vida cotidiana que impiden o dificultan el ejercicio de su derecho al trabajo, la educación, la formación, la cultura, la salud, una vivienda digna, la participación social y unas relaciones sociales y familiares plenas. También se trata de reducir los factores de riesgo habitualmente relacionados con las situaciones de exclusión y prevenir las situaciones de vulnerabilidad que puedan derivar en exclusión social. Y para ello se dibuja un modelo de atención integrada y multisectorial.

En el proceso de elaboración del IV Plan Vasco de Inclusión Social han participado -a través de la Mesa de Diálogo Civil-, además de los responsables y técnicos del Departamento de Empleo y Políticas Sociales, expertos y representantes de las entidades que trabajan con personas en exclusión, que presentaron numerosas sugerencias y propuestas. De todas ellas se han incorporado al texto casi el 50%.

Alfonso López, coordinador de EAPN Euskadi y miembro del Consejo de Inclusión Social, opinó que el documento “puede ser un instrumento que nos permita avanzar” en la lucha contra la exclusión y la desigualdad. Con la experiencia que da haber participado en los debates y conocer las necesidades de las personas a las que va dirigido, López señaló que “en general el Plan es mucho mejor que el anterior, supera algunas cuestiones importantes que veníamos viendo desde hace años, tiene un marco conceptual muy bueno, se ha alineado con las tesis de los servicios sociales y abarca áreas muy importantes, pero pensamos que pivota mucho sobre el empleo”. En este punto, en el que discrepa con el viceconsejero Marcos Muro, el coordinador de EAPN Euskadi, añadió que “eso de que el empleo es el remedio mágico para todos los problemas del País Vasco está cada vez más en duda. Es una afirmación que hay que coger con pinzas y sería bueno que los políticos dejaran de decir esas cosas porque no son ciertas. Pero, sabiendo eso, debemos pensar qué políticas necesitamos ahora para garantizar la cohesión social y sacar a la gente de la pobreza”.

Alfonso López alabó el marco teórico y conceptual del IV Plan de Inclusión -“delimita muy bien a qué nos vamos a dedicar”- pero fue más crítico con los ejes de actuación. “Uno de esos ejes -explicó- es Empleo y Garantía de Ingresos y ahí se recogen las actuaciones fundamentales del Plan de Empleo y también los objetivos fijados para la inminente reforma de la RGI, incluyendo el de hacer sostenible el sistema de garantía de ingresos. Ante eso nosotros argumentamos que si se cuestiona la sostenibilidad de un sistema hay que hacerlo con todos. ¿Por qué se dice que el sistema de garantía de ingresos debe ser sostenible y no se hace lo mismo con el sistema educativo o el sanitario? Se cuestiona la sostenibilidad de la RGI, que supone el 4,5% del Presupuesto vasco, y no la de la Sanidad, que es el 32%. En este punto el Plan de Inclusión entra en un debate que creo que no es bueno. ¿Hay que hablar de la sostenibilidad de la protección social? Sí, pero de toda”.

El requisito del padrón Por el contrario, el coordinador de EAPN Euskadi destacó positivamente las aportaciones realizadas desde el área de Salud. “Una actuación propuesta por Salud es estudiar el tema del padrón porque sus profesionales se han dado cuenta de que la exigencia de estar empadronado está causando que mucha gente se quede sin Tarjeta Individual Sanitaria. En la práctica el padrón es la barrera de entrada para muchos servicios sociales, por eso consideramos necesario estudiar este tema para ver qué se puede hacer y evitar que el acceso al padrón sea un obstáculo. Cuando desde un Departamento hacen estas propuestas te cuestionas si los demás sistemas no pueden hacer lo mismo, ya que parece que hay medidas que tendrían que ser generales y, sin embargo, solo se aplican en algunos servicios”, explicó Alfonso López.

El coordinador de EAPN Euskadi añadió al respecto que “en la estrategia vasca de atención al sinhogarismo también se ha planteado que hay que trabajar con los ayuntamientos para que en el padrón no sea un obstáculo de acceso a los derechos”. “Si la posibilidad de eliminar esa exigencia ya está recogida en la estrategia contra la exclusión residencial y Salud lo admite, ¿por qué no lo hacen todos los servicios sociales?, se preguntó el experto.

Otro aspecto positivo del Plan destacado por Alfonso López es la puesta en marcha de cinco programas experimentales de inclusión en los que se trabajará en áreas geográficas concretas para comprobar el funcionamiento del abordaje multisectorial.

EAPN Euskadi aglutina a un buen número de entidades del tercer sector de acción social que conocen bien y de primera mano tanto a las personas en situación de exclusión social como las peripecias vitales que atraviesan y por eso su coordinador incide en las carencias que detecta en el Plan de Inclusión. “En empleo, por ejemplo, pensamos que falta una propuesta para favorecer el empleo inclusivo, porque creemos que hay que promover el crecimiento económico inclusivo. Que el PIB crezca un 3% y no genere empleo ni redistribución de la riqueza es un modelo que no nos gusta, y vemos que hace falta una reflexión profunda sobre cómo podemos generar empleo inclusivo. En estas reflexiones de diagnóstico previo nos jugamos el modelo de país que queremos ser: un país más homogéneo y con menos desigualdad”.