GETXO - En una tarde fría y desapacible, con el alma congelada por el eterno recuerdo de su gran sonrisa, familiares, amigos y representantes de la sociedad vasca dieron ayer en Getxo el último adiós a Aintzane Aguirre Zabala, hija mayor del lehendakari José Antonio Aguirre, fallecida el pasado viernes en Bilbao.
“Gracias a todos, familia y amigos por participar en esta celebración. Aintzane quería que sus amigos recuerden los buenos momentos pasados juntos, nada de tristeza, disfrutad de la vida”, señaló María Joxepa Muñoa, mujer de Joseba Aguirre, hermano de Aintzane, al finalizar la ceremonia religiosa.
Mujer discreta y entrañable, su infancia repartida entre Estados Unidos y París a causa del exilio forjaron su gran bagaje cultural. Dispuesta siempre a atender a los demás, por eso ayer la parroquia de San Ignacio de Loyola de Algorta congregó a una multitud en el funeral por su memoria al que asistieron diversas autoridades vascas, con el lehendakari Iñigo Urkullu a la cabeza. También acudió el lehendakari José Antonio Ardanza, quien se fundió en un sentido abrazo con los familiares de Aintzane. Tampoco faltaron a su despedida Juan Mari Atutxa e Irune Zuluaga, presidente y directora de Sabino Arana Fundazioa, fieles defensores de la huella y legado del primer lehendakari del Gobierno Vasco. Junto a ellos también estuvo el alcalde de Getxo y presidente de Eudel, Imanol Landa, quien departió igualmente unos instantes con los familiares antes de la ceremonia. Asimismo, también estuvo presente el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, así como el concejal del Ayuntamiento de Bilbao, Asier Abaunza, acompañado del gerente del hospital bilbaíno de Santa Marina, José Luis Sabas, o el ex alcalde de Getxo, Iñaki Zarraoa, entre otros muchos.
Después de una sentida ceremonia religiosa, María Joxepa Muñoa ensalzó el carácter alegre y positivo de Aintzane. “Su muerte la ha vivido con paz, sosiego y tranquilidad. Sabiendo compartir hasta el final los buenos momentos con una gran sonrisa”, concluyó Muñoa antes de despedir el acto invitando a los asistentes a disfrutar con la canción del compositor José María Iparraguirre, Gazte Gaztetatikan, interpretada de forma sublime por los integrantes del coro Garaizarko Matsorriak, de Begoña, que llenaron de emoción a los allí presentes con sus voces profundas y armoniosas. Una canción cuya letra resume a la perfección la vida de Aintzane, hija del exilio, que tras una vida repleta de vivencias en el extranjero, testigo directo de acontecimientos históricos, ahora descansa en paz en su querida tierra.
Agur eta ohore, Aintzane.