- El máximo responsable de Cáritas en Bizkaia se emociona cada vez que recuerda la historia de un menor que ha sido tutelado por ellos y que el año pasado se graduó en Ingeniería. También le brillan los ojos al contar la trayectoria de un joven que llegó en patera desde Senegal y que actualmente trabaja de encargado en Koopera. “Son historias de éxito que dan sentido a nuestro trabajo”, dice Carlos Bargos.

Se hizo cargo de la dirección en plena crisis. ¿Cómo está la situación social en Bizkaia?

-Actualmente nuestro nivel de intervención es bastante superior al de antes de la crisis. Los indicadores macroeconómicos invitan al optimismo, pero los indicadores de pobreza no dicen eso. Hay una parte de la ciudadanía que se ha quedado anclada en la pobreza.

¿A cuántas personas atienden?

-En 2016 atendimos a 10.500 personas y en 2017 estaremos por encima. Lo sabremos exactamente cuando hagamos el balance. Pero la tendencia es a ascender.

¿Ha variado el tipo de atención?

-Sí. Ahora mismo la intervención de Cáritas se ha multiplicado por cuatro en las respuestas. La intervención se ha hecho más integral: ayuda económica, vivienda, salud, trámites administrativas... por lo que es más compleja.

¿Dónde ha puesto el foco Cáritas durante la crisis?

-Todo el esfuerzo que hemos hecho en los últimos años ha sido en dos grandes líneas, en el ámbito de la vivienda y en la inserción social laboral. Suponen un esfuerzo económico muy grande, pero sabemos que las 249 personas que viven en las 92 viviendas que gestionamos tienen una oportunidad.

¿Y en el ámbito de la inserción laboral?

-Hemos generado muchas plataformas de empresas de inserción propias que han generado oportunidades. Por ejemplo, toda la red Koopera, donde el 50% de los empleos son de inserción.

En la presentación del último ejercicio de Cáritas hacía un llamamiento a las empresas para que crearan empleos decentes. ¿Le han hecho caso?

-La sensación es que ha tenido repercusión por los retornos que hemos tenido. Queremos que las empresas jueguen un papel de responsabilidad social. Y cuando hablamos de empleos decentes, lo que queremos decir es que tienen que ser dignos.

¿Cuál es el perfil de la persona que atienden en Cáritas?

-El retrato robot es el de mujer con cargas familiares. Es un perfil muy complejo donde las posibilidades de salir de esa espiral es muy difícil. Y si además nos encontramos que son personas inmigrantes los niveles de vulnerabilidad van aumentando.

¿Son mayoría los inmigrantes que atienden?

-No. Antes de la crisis, casi un 80% de las personas que atendíamos eran inmigrantes, pero en los últimos años se ha equilibrado. Ahora, un 50% son autóctonos y la otra mitad, inmigrantes.

¿Quién lo lleva peor?

-Las personas autóctonas tenemos una capacidad de resistir las tensiones mucho menor. Por eso, hemos tenido un aumento en el servicio psicológico que prestamos. Sin embargo, el colectivo inmigrante es más resistente. Sus expectativas pasan por ir construyendo poco a poco su futuro.

¿Siguen llegando inmigrantes?

-Sí. Ahora estamos viendo que ha aumentado el número de personas que llegan a Bilbao. El día 9 de enero, por ejemplo, tuvimos el máximo de servicios en el comedor de las Apostólicas.

¿A qué se debe ese aumento?

-No lo sabemos. Estamos haciendo un análisis para saber qué esta ocurriendo, si es que se han detenido aquí esas personas en su proyecto migratorio o es que quieren quedarse.

¿La sociedad sigue mostrando su rechazo hacia esas personas?

-La sociedad no tiene miedo al inmigrante. No somos xenófobos. La sociedad tiene miedo a los pobres. Si un inmigrante es cirujano de Cruces o es futbolista no le tenemos miedo. Le tenemos miedo si es pobre.

¿La RGI sigue siendo válida?

-La Renta de Garantía de Ingresos para la inclusión social, no olvidemos esto último, es un instrumento válido para sacar a la gente del círculo de la exclusión. Es una herramienta muy importante para la protección social, pero tiene que tener plataformas de inclusión.

También existe la creencia de que los de fuera son lo que se benefician de la RGI

-Los estudios de Ikuspegi dicen que en Bizkaia hay 90.000 inmigrantes, y de ellas sólo perciben 9.000 la RGI, o sea, sólo un 10%.

¿Cuál es el presupuesto de Cáritas Bizkaia?

-Ahora mismo estamos en 11,5 millones de euros. Un 28% viene de la administración pública y el resto de aportaciones privadas de socios, donantes y comunidades cristianas.

¿Es solidaria la sociedad vizcaina?

-En los momentos de crisis, vimos una reacción muy positiva de la sociedad, pero ahora mismo los datos macroeconómicos han hecho que la sociedad haya rebajado su atención respecto a nosotros.

¿Qué balance hace de sus cinco años y medio como director?

-Personalmente, absolutamente satisfactorio, pero es un trabajo en el que hay días que te ves impotente porque no puedes llegar a las personas con nuestros recursos.