bilbao - Lo dijo primero Juan María Atutxa, presidente de Sabino Arana Fundazioa, “el desarrollo de un país es mucho más que el crecimiento del PIB, la renta per cápita o la inversión en I+D+i”. “No hay futuro con valores, sin personas con valores. Hablamos de justicia social, de modelo de país y de compromiso”. Claves que retratan los premios Sabino Arana, unos galardones al servicio de la conciencia y la solidaridad.
Y lo ratificó después, uno de los premiados, el actor Ramón Barea, que resumía con maestría este leitmotiv. “El camino de este oficio es tortuoso e ingrato, solo la vocación nos mantiene en pie”. “Por eso al I+D+i hay que añadirle la C, de corazón, de cabezonería, de compromiso... Las artes escénicas vienen dándole caña al I+D+i ya desde los griegos y aquí seguimos, reinventándonos de generación en generación”, declaró.
“Este personaje de mí mismo que ahora represento en este teatro quiere expresar su orgullo, su pasión, y su alegría y agradeceros en nombre de todos los que hemos viajado en la misma furgoneta este premio que me ha tocado, como dice mi nieta mayor”. A esos compañeros de furgo brindó Barea el galardón, y especialmente al fallecido Alex Ángulo. “Dedicó el premio a un amigo, Alex Ángulo a quien correspondería gran parte de este reconocimiento porque hicimos mucho camino juntos, cargamos y descargamos muchas veces la furgoneta. Y porque imaginamos juntos otra sociedad más justa, más solidaria en la que el ser humano fuera la medida de todas las cosas. Una sociedad en la que además del I+D+i tuviera la C”. “Álex que nos ha tocado un premio. ¡Va por ti!”, dijo tocando también el corazón de los presentes. - C. Lago