MADRID. La organización que estaba dirigida desde Venezuela por un ciudadano español que se encuentra en busca y captura.
Mientras, los arrestos, 34 hombres y 6 mujeres de nacionalidades española, británica, marroquí, se han practicado en Girona, Pontevedra, Madrid, Melilla y Marruecos, según informa la Dirección General de la Guardia Civil que, junto con el resto de cuerpos policiales, han desarticulado dos grupos interrelacionados entre sí pero con funciones diferentes.
Una de las organizaciones estaba afincada en Euskadi y se encargaba de introducir y distribuir las partida de droga que llegaban por vía marítima, en tanto otro grupo, establecido en Melilla y con ramificaciones en Málaga y Marruecos, tenía como misión blanquear las ganancias.
De las cerca de cuatro toneladas de cocaína intervenidas, 2.580 kilos han sido incautadas en Marruecos y 1.270 kilos en España. Se estima que la cocaína podría haber alcanzado en el mercado español más de 103 millones de euros.
Además de esta droga aprehendida en diversos registros, en alguno de ellos se halló estupefaciente en habitáculos bajo tierra, se han intervenido más de 13 millones de euros en efectivo, 105 kilos de hachís, 3 embarcaciones y 18 vehículos de alta gama, entre ellos una autocaravana empleada para transportar droga.
La operación, bautizada como Ventus, se inició en 2016 cuando se tuvo conocimiento de la existencia de un grupo de personas que se estaría dedicando al tráfico de drogas utilizando para ello embarcaciones de recreo tipo "velero", desde la localidad de Denia (Alicante).
Fruto de esta información, los agentes interceptaron una de estas embarcaciones procedente de Venezuela y que tenía como destino el Puerto de Cádiz, con 400 kilogramos de cocaína ocultos en un doble fondo practicado en una zona de la proa de la embarcación que recubrieron con planchas de plomo para dificultar su descubrimiento.
La documentación intervenida entonces permitió a los investigadores tirar del hilo para destapar la organización que contaba con colaboradores en el País Vasco y que tenía varios cabecillas que se desplazaban desde Sudamérica hasta España para, entre otras misión, recoger los beneficios de la venta de la droga para trasladarlos físicamente a Venezuela.
Así, la investigación permitió concluir, gracias a la colaboración de la oficina de la DEA en Madrid, que un hombre había llegado desde el país sudamericano para afincarse en Rivas Vaciamadrid (Madrid) y encargarse de las recogidas de dinero del grupo melillense.
Para no levantar sospechas había creado un entramado empresarial dedicado a la compra venta de muebles de madera en España, enviando la mercancía a Venezuela vía marítima en contenedores.
El sistema le permitía ocultar el dinero, generalmente en billetes de 200 y 500 euros en dobles fondos de los mismos. En una intervención se logró interceptar más de ocho millones de euros en efectivo en el puerto de Valencia.
Otras de las formas de trasladar el dinero, era utilizando a personas con escasos recursos económicos que ocultaban el dinero entre sus pertenencias. Se ha logrado interceptar más de cuatro millones de euros en vuelos que salían desde Málaga o Melilla con destino a Venezuela.
Por su parte, el jefe del grupo asentado en Melilla, era un ciudadano español que dirigía las operaciones desde Frankfurt (Alemania), donde bajo la cobertura de la compra-venta de vehículos, blanqueaba el dinero del narcotráfico para la organización venezolana principal.
Durante el desarrollo de la operación, los agentes intervinieron también en Pontevedra 870 kilogramos de cocaína que estaban ocultos en una vivienda, y que se pretendían distribuir al Reino Unido a través de las provincias de Alicante y Girona. Este subgrupo de la red utilizaba para el transporte de la droga un auto caravana y vehículos lanzadera para evitar ser detectados.
Y en Lloret de Mar (Girona), la Guardia Civil localizó un habitáculo oculto bajo tierra, donde habían escondido 120 kilogramos de cocaína. Esta partida de droga iba a ser llevada hasta Alicante para ser distribuida oculta en camiones a Reino Unido.
Europol ha apoyado la investigación desde mayo de 2016 proporcionando soporte analítico, así como desplegando una oficina móvil durante la fase final de las detenciones en Melilla. El equipo móvil facilitó el intercambio de información en tiempo real, el análisis de la información obtenida y la identificación de vínculos transnacionales con otras organizaciones criminales.
La operación ha sido llevada a cabo por agentes de la Guardia Civil, adscritos a la Unidad Central Operativa (ECO Alicante) y las Comandancias de Melilla y Madrid, bajo la dirección del titular del Juzgado de Instrucción número tres de los de Alicante