BILBAO - Dar con el diagnóstico correcto del dolor inguinal y acertar con el tratamiento adecuado es el objetivo del II Curso internacional de actualización en Cirugía de la Pared Abdominal organizado por el hospital de Basurto que se celebrará mañana jueves y el viernes en el Bizkaia Aretoa de la capital vizcaína. Iker Bengoetxea, cirujano de la Unidad de Cirugía de la Pared Abdominal de este centro, asegura que este dolor “plantea un reto para cualquier profesional de la salud debido a que puede englobar causas muy diversas”.

El dolor en la ingle es un motivo de consulta médica recurrente.

-Es una patología muy frecuente y que no para de subir. Aunque no se ha podido cuantificar oficialmente la frecuencia con la que las personas acuden al médico por el dolor inguinal en general, hemos podido estimar que son entre un 20-30% de los motivos de consulta de Cirugía de los ambulatorios. Y nos derivan muchos pacientes con una sospecha de hernia inguinal por asociar una tumoración en dicha zona en el momento de la exploración aunque no siempre sea una hernia.

Pero no es grave.

-Aunque no es una dolencia grave, sí es una patología que puede alterar mucho la calidad de vida de los pacientes. Por eso, estamos intentando crear una base de datos para que desde que el paciente entra en nuestro circuito de consultas externas hasta que llegamos a operarle o hacerle el seguimiento, saber cuántos son, que características presentan, los factores de riesgo etc... y saber qué está provocando ese aumento de casos.

La cirugía de las hernias es también muy frecuente.

-Sí es la segunda intervención quirúrgica que más frecuentemente se lleva a cabo en el mundo después de la de cataratas. Pero también tratamos a una gran cantidad de pacientes con dolor inguinal que han sido sometidos a cirugía de la hernia previamente y que, de igual manera, siguen teniendo dolor ya que éste puede deberse a otras causas. Aunque operemos una hernia y coloquemos perfectamente una malla que no da ninguna guerra, el paciente puede seguir con malestar y por tanto precisa de más pruebas para eliminarlo.

Pero padecer dolor en una ingle ¿supone tener una hernia?

-No. Por eso en el curso hemos agrupado a traumatólogos, anestesiólogos para el manejo del dolor, radiólogos para explicarnos qué pruebas son más eficaces para explorar una ingle que duele y un largo número de especialistas implicados en el abordaje de este dolor.

¿Esta dolencia va asociada a la edad, a los traumatismos...?

-Los factores de riesgo que se han visto que favorecen la aparición de las hernias es que haya un orificio, por ejemplo el ombligo, o una debilidad a través del cual se pueda producir. Pero no se producen automáticamente sino cuando el paciente cumple una serie de factores de riesgo, por ejemplo, la obesidad, o haber estado sometido a ejercicios físicos o laborales que aumenten la presión dentro del abdomen y que actúen como un cincel dentro de una pared, en este caso el abdomen, y acaban agrietándolo. Además tienen más riesgo los pacientes con obesidad, o con diabetes. Se sabe que el tabaco multiplica por cuatro o por cinco el riesgo ya que se ha visto que tiene una influencia directa en el aumento de las hernias.

Además cada vez hay más deportistas con este tipo de problemas.

-Sí se conoce como dolor inguinal del deportista y abarca la famosa pubalgia, un tema que será tratado específicamente en nuestro curso y para el que contaremos con el equipo médico del Athletic Club, con el doctor Josean Lekue al frente que estará acompañado de sus rehabilitadores. Aunque la estadística puede variar, se ha llegado a ver una frecuencia del 58%.

El dolor puede proceder además de varios órganos.

-Sí porque en la zona de la ingle no solo está el conducto inguinal. Está, por ejemplo, la cadera que es una articulación que con el tiempo se deteriora. Por eso al curso acudirá un traumatólogo para hablar del papel de la cadera en el dolor inguinal. Tenemos estructuras musculares, vasculares. Hacia la pelvis hay también órganos internos que pueden provocar este tipo de dolores como la apendicitis aguda o un problema ovárico o de trompa, o incluso de colon...

Sí que parece complejo dar con el diagnóstico correcto.

-Empezar por un diagnóstico certero es la piedra angular del tratamiento. Debemos enfilar el diagnóstico o tener una sospecha diagnóstica que envíe al paciente a un circuito de pruebas y tratamientos que sea el más acertado. Sin embargo, como es una zona tan compleja, entran en juego muchos especialistas y por eso es necesario que los diferentes profesionales nos expliquen de dónde puede venir ese dolor para atajarlo lo antes posible.