MADRID. "Sabemos que cuando intervenimos antes en el tratamiento de la psoriasis, vamos a tener menos problemas y el paciente va a estar más controlado a lo largo del tiempo", ha asegurado en una rueda de prensa el doctor Pedro Herranz, del Grupo de Psoriasis de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Para ello, es necesario tratar la enfermedad desde la infancia y la adolescencia, ha destacado con motivo del Día Mundial de la Psoriasis, que se celebra el próximo 29 de octubre.
Y es que el diagnóstico de la psoriasis pediátrica suele llegar tarde, tal y como ha señalado el doctor Raúl de Lucas, del Grupo de Dermatología Pediátrica de la AEDV, al ser fácilmente confundible con la dermatitis atópica o la dermatitis del pañal.
En el caso de los niños, la psoriasis presenta ciertas peculiaridades, ya que se localiza más en la zona de la cara, es más eccematosa y suele picar más que en el paciente adulto.
Las lesiones suelen ser de menor tamaño, más finas y descamativas, de morfología anular y, además de en la cara, se sitúan en el cuero cabelludo, las rodillas, tronco e ingles.
Según Lucas, no es raro que estos pacientes tarden meses e incluso años en ser diagnosticados, a pesar de que en un 30 % de casos la enfermedad debuta en la infancia o adolescencia, y por ello, desde la AEDV, quieren poner el foco en los pediatras y darles una serie de claves para que sospechen de la enfermedad.
"Cuanto antes se les valore y se les trate, el impacto de la psoriasis en su vida será menor y el tratamiento más satisfactorio", ha subrayado Herranz.
Porque, a pesar de que la psoriasis pediátrica suele ser más leve "no hay que olvidar que va asociada a comorbilidades como en los adultos", ha advertido Lucas.
Así, un 30 % de los pacientes con psoriasis en la edad infantil y en la adolescencia tiene también síndrome metabólico -colesterol, hiperglucemia o hipertensión-, un porcentaje importante puede desarrollar afectación articular y también está asociado a problemas de depresión y ansiedad.
Herranz ha destacado que la tasa de comorbilidades en pacientes de menos de 20 años de edad es el doble que en pacientes sin psoriasis.
"Por esto queremos insistir en la importancia de una correcta evaluación y seguimiento por parte del dermatólogo que es quien proporciona a cada paciente, en función de la gravedad, extensión e historia de psoriasis, los medios de apoyo y terapéuticos apropiados para conseguir el mejor control posible de la enfermedad", ha afirmado.
Normalmente, en el caso de los niños casi siempre se recurre al tratamiento tópico, derivados de la vitamina D y los inhibidores de la calcineurina tópicos y, si estos no funcionan, se recurre a la fototerapia o a los tratamientos sistémicos clásicos.
"Estamos en disposición de asegurar que los pacientes pediátricos y adolescentes van a estar bien tratados", ha asegurado Lucas que ha destacado que la importancia del diagnóstico precoz estriba también en que desde niños aprenden hábitos de vida saludable que les ayudan a controlar su enfermedad.
La psoriasis es una enfermedad crónica, que no se cura, pero que se controla perfectamente y esto tiene, según Herranz, el "efecto perverso" de olvidarse de la dolencia y no atender a los hábitos de higiene que contribuyen a controlar la patología.
Este experto ha llamado también la atención sobre el elevado precio de los productos dermocosméticos que deben usar las personas con psoriasis y que, debido a su coste, muchos abandonan o cambian por productos que encuentran en internet y cuya eficacia es dudosa.