Madrid - Un estudio de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) ha revelado que los medicamentos para combatir la acidez estomacal pueden alterar determinadas bacterias intestinales y promover lesiones en el hígado que avancen hacia una enfermedad hepática crónica.

Así se desprende de un trabajo cuyos resultados publica la revista Nature Communications, que evaluó en ratones y humanos el impacto que tienen los inhibidores de la bomba de protones, un tipo de fármacos ampliamente consumidos por hasta el 10% de la población, y de los que el más conocido es el principio activo omeprazol.

“Nuestros estómagos producen ácido gástrico por lo que, si se interrumpe su secreción, puede cambiar la composición de la microbiota intestinal e influir en el riesgo de enfermedad hepática”, señaló el profesor de Gastroenterología Bernd Schnabl, autor de la investigación. En concreto, han visto que la supresión del ácido gástrico promueve el crecimiento de la bacteria Enterococcus en el intestino y su desplazamiento al hígado, donde favorece la inflamación y el empeoramiento de la enfermedad hepática crónica.

Para determinar las consecuencias de la supresión de ácido gástrico en la progresión de la enfermedad hepática crónica, el equipo de Schnabl examinó modelos de ratones que imitaban una enfermedad hepática alcohólica, una enfermedad del hígado graso o una esteatohepatitis (inflamación alrededor de la grasa). En cada uno de los tres modelos bloquearon la producción de ácido gástrico por ingeniería genética o mediante omeprazol, y secuenciaron genes específicos de microbios obtenidos a partir de las heces de los animales, a fin de determinar su microbiota intestinal en cada caso.

De este modo, vieron que cuando los ratones interrumpían su producción de ácido gástrico desarrollaban alteraciones en su flora intestinal. En concreto, con una mayor presencia de bacterias Enterococcus. Unos cambios que, según constataron, promovieron la inflamación y la aparición de lesiones en el hígado que derivó en un avance de sus enfermedades hepáticas. Los investigadores también evaluaron esta relación entre estos fármacos y la enfermedad hepática en una cohorte de 4.830 pacientes.

Aunque en el trabajo se ha evaluado el uso del inhibidor de bomba de protones más habitual, los autores creen que son extrapolables a otros antiácidos que en mayor o menor medida supriman la producción de ácido gástrico, por lo que “los médicos deben reconsiderar el uso de estos medicamentos”. - E.P.

Origen. Ha sido realizado en la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y publicado en la revista Nature Communications.

Omeprazol. Evaluó en ratones y humanos el impacto de los inhibidores de la bomba de protones, un tipo de fármacos consumidos por hasta el 10% de la población.