Nueva York - Hace tres años, Unai Telleria llegó a Nueva York, donde comenzó a trabajar como analista de mercado en la Delegación del Gobierno Vasco facilitando la entrada de empresas vascas en los Estados Unidos. Una vez a la semana, el oñatiarra se reúne en un aula de la prestigiosa Universidad de Columbia con un pequeño y heterogéneo grupo de alumnos apasionados por el euskera.
La primera clase del nuevo curso académico comenzó el pasado 28 de septiembre y, en los primeros minutos de la lección, Telleria repasó la gramática construyendo frases sobre la belleza del valle de Oñati.
Este es el tercer año que impartes el curso, ¿qué te motivó a hacerte cargo de las clases?
-En la euskaletxea de Nueva York me comentaron que había gente con ganas de aprender nuestra lengua y necesitaban voluntarios para impartir las clases. Me hizo ilusión saber que, tan lejos de Euskadi, había gente interesada en conocer nuestro idioma y cultura. En la euskaletxea, han hecho una gran labor y quise colaborar. Por una parte, como vasco, me sentí en la obligación; y por otra, pensé que me haría sentir más cerca de casa.
La Universidad de Columbia es uno de los centros universitarios más prestigiosos de Estados Unidos, ¿cómo conseguisteis una clase en este campus?
-Las clases de euskera que damos en la Universidad de Columbia no forman parte de su oferta académica oficial. Impartimos las clases aquí porque dos estudiantes son profesores en esta Universidad. Para nosotros es un privilegio poder reunirnos aquí: las relaciones entre Euskadi y la Universidad de Columbia se remontan a los años cuarenta, cuando lehendakari Jose Antonio Agirre ejerció aquí como profesor de Historia. En la actualidad, Agirre Lehendakaria Center y la UPV/EHU cuentan con un acuerdo de colaboración con la Universidad de Columbia.
¿Cómo son los estudiantes de euskera al otro lado del Atlántico?
-El grupo que se reúne en la Universidad de Columbia es variado. Son personas intelectuales, con historias diferentes, y unidas por una misma inquietud: el euskera. Es importante destacar que ninguno de ellos estudia euskera por motivos profesionales, sino porque les entusiasma y aprecian su valor histórico.
Das a conocer Euskal Herria en los Estados Unidos; se podría decir que eres un embajador de la cultura vasca.
-Todos somos embajadores de la cultura vasca. Yo enseño el idioma y hablo de nuestra cultura a los alumnos, quienes, a su vez, hacen lo mismo de forma exponencial. Así vamos creando una red que ayuda a difundir información sobre el País Vasco en Estados Unidos.
¿En Estados Unidos se conoce Euskadi y su cultura?
-En la actualidad existen más de 35 centros vascos repartidos por Estados Unidos. La comunidad vasco-americana es muy activa en estados como Idaho, California, Utah, Nevada o Nueva York, donde sus miembros juegan un gran papel como difusores de la cultura vasca, a través de festivales, cursos universitarios, exposiciones, etc.
¿Cómo ves el futuro del euskera en la comunidad vasco americana?
-Desde HABE y NABO, y gracias a la colaboración de los voluntarios, se trabaja para ofrecer facilidades a aquellas personas interesadas en aprender euskera. Además de las clases presenciales, existen varias herramientas online. Por lo tanto, creo que vamos por buen camino para mantener vivo el euskera en nuestra comunidad a este lado del Atlántico. En 2015 tuve la oportunidad de asistir al Jaialdi en Boise, Idaho, y fue una experiencia única. Me impresionó el gran poder de convocatoria que tuvo el festival, a donde se acercaron miles de amantes del euskera y de nuestra cultura de todas partes del mundo. Aunque estábamos a miles de kilómetros de Euskadi, hablábamos nuestra lengua y era como estar en casa.