Irun - Cada persona es un mundo y no todas aquellas que recurren de golpe al cannabis con fines terapéuticos logran la mejoría, calma y reposo que buscan. Es necesario un periodo de prueba y de adaptación pero sobre todo, que la agencia sanitaria correspondiente aborde este asunto con la rigurosidad y la seriedad que merece. En opinión de Verónica Illesca, representante de la Asociación Avidekal Medical y presidenta de Eusfac [Federación de Asociaciones de Usuarios de Cannabis de Euskadi], “las dosificaciones y posologías deben ser estudiadas en cada caso particular. Cada persona somos diferentes, las patologías diferentes y los componentes del cannabis [thc, cbd, cbn,?] interactúan también de manera diferente”.
Reconoce que todo depende de cómo el hígado sintetice la sustancia. “Cada individuo posee un diseño genético propio”, apostillaba. No obstante, se muestra convencida de que el anuncio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría significar un nuevo tiempo a la hora de encarar determinadas patologías y dolencias. De hecho, subraya cómo la comunidad científica internacional ha dado su visto bueno a este tipo de cuidados paliativos. “No es una suposición; es ya una evidencia científica avalada por multitud de universidades, con la de Harvard. Está demostrado que el cannabis ayuda a muchas personas que sufren patologías, algunas muy graves -detalla Illesca- a reducir los síntomas y sus dolores”.
De hecho, tal y como expresa la socia de Avidekal Medical y presidenta de Eusfac, son muchos casos en los que es evidente la mejoría que experimentan esas personas ya que pueden conciliar el sueño, reducen el nivel de angustia que acompaña a este tipo de enfermedades,? Y la tensión del entorno familiar también se contagia de ese alivio. “Te traslado -relata Illesca- el testimonio de un familiar de un socio con alzhéimer: Nos ha cambiado por completo la vida en nuestra casa. Mi aita está muy enfermo y el aceite [la administración del cannabis puede ser en píldoras, cremas, aceite sublingual, vaporizado,?] le ayuda de una forma milagrosa. Está mucho más tranquilo, duerme toda la noche y mi madre puede dormir también por fin. Muchas gracias, nos ha cambiado la vida.”
Cada vez es más habitual ver a personas enfermas y familiares por ejemplo con un tratamiento de quimio que acuden a Clubes Sociales de Cannabis (CSC) en busca de información animados de forma no oficial por profesionales de la medicina. A día de hoy, el sistema sanitario no permite su receta y únicamente existe un fármaco derivado del cannabis cuyo precio ronda los 400 euros; una circunstancia que empuja a muchas personas al autocultivo en sus domicilios.
En cualquier caso, Illesca insiste en dejar claro que no es cometido de los CSC atender y tratar a pacientes que quieran utilizan cannabis para paliar sus síntomas. “El sistema sanitario debería garantizar el acceso al mismo cuando otros medicamentos no funcionan o los efectos secundarios son bastante negativos o perjudiciales”, subrayaba. “Otra cosa -agrega- es cómo responderá la industria farmacéutica, que en principio ya gana bastante y no está interesada en medicamentos que contengan principios activos de plantas fiscalizadas a nivel internacional; otra cosa será cuando se regule...”. - J. Fernández