vitoria- “Nunca había habido tantos planes de lucha contra la pobreza ni se había hecho tanto esfuerzo y nunca antes habíamos tenido tanta gente pobre a la vez”, sentencia César Manzanos para explicar que hay que cambiar el enfoque de las políticas sociales dirigidas a combatir la pobreza y la exclusión para adaptarlas a un nuevo escenario económico y laboral. La clave consiste en hallar la fórmula para compaginar un sistema capitalista cada vez más despiadado y unos Estados que pierden soberanía en favor de los mercados con el mantenimiento de las estructuras del bienestar y la generalización de los derechos sociales.
La 20ª edición del Congreso Anual sobre Política Social que se ha celebrado este jueves y viernes en Gasteiz se centró en debatir sobre la incompatibilidad entre la aplicación efectiva de unos derechos sociales que cubran las necesidades materiales y “la concentración extrema de riqueza que hace posible la existencia del capitalismo”. Profesionales de los servicios sociales y entidades del tercer sector, expertos y alumnos de la Facultad de Relaciones Laborales y Trabajo Social de la UPV-EHU debatieron para intentar determinar cuáles serán las formas más efectivas de actuar contra la creciente desigualdad económica y polarización social.
César Manzanos, profesor titular de Sociología de la UPV-EHU y coordinador del Congreso, destacó la importancia de abordar en el momento actual el debate sobre la compatibilidad del capitalismo contemporáneo y las prestaciones sociales. “Es importante -indicó Manzanos- hacer este debate y analizar desde el punto de vista de diferentes expertos cuáles son las claves para combatir los ejes que están sustentando un modelo económico desigual”.
Las políticas sociales que deberán aplicarse en los próximos años no solo tienen que hacer frente a la cronificación de problemas graves como el aumento de la pobreza y el desempleo, sino que también deben actuar en un escenario distinto al de épocas anteriores. “Uno de los asuntos cruciales del debate sobre las políticas sociales consiste en averiguar en qué han cambiado las condiciones en las que actúan, porque una cosa es segura: lo de antes ya no va a volver. En todo aquello relacionado con el mercado laboral no vamos a volver a la situación previa a la crisis, porque hemos alcanzado un grado de precarización y proletarización en las condiciones de vida y trabajo de la población que nadie hubiera sospechado. Esta nueva situación plantea muchos retos y hace necesario definir qué medidas de política social tiene que llevar a cabo la administración”, apuntó César Manzanos.
la renta básica Una de las ponencias del Congreso ha abordado las posibilidades de la renta básica universal para hacer frente a la pobreza, la desigualdad y la exclusión. “Es importante saber si es posible garantizar una existencia material, unos derechos sociales a toda la población y si se puede compatibilizar esto con la lógica de la economía de acumulación y la pérdida de soberanía de los Estados en términos de supeditación a los mercados y dejación de responsabilidades. El gran debate es saber cómo hacer prevalecer las políticas que garanticen derechos a toda la población con esta realidad económica y política”, señaló.
La cita de los profesionales y expertos en políticas sociales ha abordado la necesaria revisión de muchos sistemas de ayudas para adaptarlos a la realidad de una sociedad posindustrial en la que la automatización reduce la necesidad de mano de obra o la pervivencia de las fórmulas laborales del pasado. “Lo que hay que empezar a hacer -explicó César Manzanos- es desvincular el empleo de las condiciones materiales básicas para vivir. Los cambios tecnológicos están generando un escenario en el que el empleo no será factible para todo el mundo. Esta situación hay que abordarla con parámetros nuevos que tienen que ver con garantizar la existencia material básica. Tenemos que dar respuestas a un modelo laboral que no tiene nada que ver con los parámetros que tenía hace veinte o treinta años. Estos son los principales retos de las políticas sociales”.