MADRID. Es una de las principales conclusiones del informe "Desheredados. Desigualdad infantil, igualdad de oportunidades y políticas públicas en España", que alerta de cómo la enorme disparidad se ha cebado con la infancia: entre 2008 y 2015, el número de niños en situación de pobreza severa aumentó en 424.000, situando la tasa en un 16,7 % frente al 11,2 % de la población general.

De hecho, España es el sexto país de la UE con mayor desigualdad y donde ha aumentando con más rapidez: entre 2008 y 2014, el índice de Gini, que mide el grado de desigualdad, se disparó un 7,1 %, mientras que en Grecia lo hizo un 3,3 % y en Alemania un 1,7 %.

Esa diferencia es aún mayor entre la población infantil, ya que mientras el Gini general fue de 34,6 puntos, el de la infancia creció un 8,4 % en los años de la crisis hasta llegar a los 37,1 puntos, ha puntualizado el director general de Save the Children, Andrés Conde, quien ha recalcado que lo peor es que las consecuencias de esta desigualdad son irreversibles para los niños".

Y la caída de los recursos ha sido "especialmente acuciante y desproporcionada" para los niños pertenecientes al 20 % más pobre de la población, pues han visto disminuidos sus ingresos en un 32 %, frente al 6 % de los más ricos.

Una desigualdad que está directamente ligada al empleo de sus padres, siendo España el país donde más ha crecido el número de niños que viven en hogares donde nadie trabaja, hasta llegar a los 800.000.