Las golondrinas eran mujeres roncalesas, ansotanas y salacencas apodadas de esa forma por el atuendo negro que vestían y por sus movimientos estacionales hace más de cien años. Salían cada otoño de los pueblos de sus respectivos valles. El campo entonces se quedaba casi vacío, ya que los jóvenes se marchaban varios meses con los rebaños a pastar a la Ribera y las mujeres se quedaban atendiendo la casa o buscaban trabajo fuera hasta la primavera.
Por segundo año, Nive Deporte y Gestión, empresa de asesoría deportiva, organiza una salida a la ruta de las golondrinas. El recorrido tiene ese nombre en recuerdo de los grupos de mujeres que realizaban ese trayecto entre finales del siglo XIX y principios del XX en busca de empleo en Zuberoa. Aquellas que cruzaban el Pirineo por esta ruta buscaban trabajo en la floreciente industria de las alpargatas de Mauleón. El pasado julio la empresa de montaña dirigió dos salidas programadas con guía rodeando la reserva natural de Larra. Hoy, este camino queda como recuerdo de los movimientos migratorios de hace más de un siglo, además de como salida para montañeros de distinto nivel, por su cuenta o con guía. Según Nive, la ruta original ha sido ligeramente modificada para atraer a más visitantes.
Las golondrinas comenzaban su trayecto a Mauleón desde el pueblo de Isaba, donde se reunían en grupos, y se dirigían hacia el llano de Belagua. Desde ahí ascendían hacia el collado de Arrakogoiti y luego cruzaban la vertiente pirenaica por las paredes de la garganta de Kakueta hasta la villa de Santa Engracia, donde las golondrinas eran recogidas por un guía para ir hasta Mauleón.
La ruta actual consta de cuatro etapas y también comienza en el valle de Belagua, en el camping de Asolaze, donde hay dos caminos para realizar el trayecto, uno fácil o de nivel medio y otro difícil. La más notoria diferencia con el recorrido antiguo es que en lugar de pasar desde el Collado de Arrakogoiti a la Garganta de Kakueta, la ruta nueva se dirige al Este hasta La Pierre Saint Martin haciendo un círculo volviendo a Navarra.
Este trayecto, que las golondrinas realizaban en cuatro días, daba juego para entre cuatro y cinco meses de trabajo. Sin embargo, cuando volvían sobre sus pasos, en primavera, no llevaban francos a modo de pago por su labor a España, ya que la moneda francesa carecía de valor, sino género: ropa de cama, vajilla, café, etcétera. Para hacer la ruta hoy no haría falta un guía si se tienen conocimientos básicos de orientación; sin embargo, éste era fundamental para que las mujeres que volvían con género cruzasen la frontera. Los guías eran necesarios para moverse por los Pirineos y evitar a la policía fronteriza. Según Julia, hija de una de las golondrinas, había que evitar a los carabineros porque si no eran llevadas a la aduana y se les pedía pagar una tasa.
Patricia Viscarret, cofundadora de Nive, explica que lo que busca con esta ruta es “recuperar esta historia de mujeres y crear un producto turístico para el amante de la montaña y del senderismo” e informa a futuros paseantes advirtiendo que “la ruta en sus etapas más fáciles y tranquilas dura entre cuatro y cinco horas, y en las más difíciles ocho o más”.
Las golondrinas dejaron de cruzar los Pirineos a pie cuando se construyeron las primeras carreteras, junto con la llegada de los viajes en coche a partir de 1930. También hubo otros factores que cesaron el movimiento migratorio como la mecanización del trabajo, la Guerra Civil y la postguerra. La ruta ha recuperado parte de su vida, pero con montañeros.
La travesía. Consta de 4 etapas, rodea la reserva de Larra y cruza Belagua, Linza, Lescun, Bearn y Zuberoa. Tiene 5.000 metros de desnivel.
Con guía o sin él. Para realizar el trayecto hacen falta conocimientos básicos de orientación en montaña. Hay salidas con guía organizadas por Nive: dos en agosto, una en septiembre y otra última en octubre.
Cumbres. La ruta pasa por picos como el Txamantxoia, Petrechema, Mesa de los tres reyes, Anie y Lakora.
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Días tardaban las golondrinas en finalizar el recorrido. La ruta actual se puede realizar en tres días con guía. Hay cuatro refugios para descansar.