Berlín/París - Las inundaciones derivadas del fuerte temporal que azotó el pasado miércoles Alemania y Francia dejan un total de 13 personas fallecidas y miles de personas evacuadas. Por su parte, los servicios meteorológicos prevén más precipitaciones en las próximas horas.En Alemania, al menos 11 personas perdieron la vida y los daños materiales de las zonas afectadas se estimaron en cientos de millones de euros, según cálculos provisionales. En las últimas horas, las lluvias han amainado pero el peligro de fuertes tormentas sigue vigente.
El temporal ya había dejado cuatro muertos el pasado fin de semana en el Baden-Württemberg y graves destrozos tanto en ese estado federado como en Baviera. En el curso de los últimos dos días el número de las víctimas mortales ha aumentado. Los equipos de salvamento rescataron seis cadáveres en Baviera y un hombre que había sido internado en un hospital murió ayer con lo que el temporal se ha cobrado ya por lo menos 11 muertos.
Hasta últimas horas de la tarde del jueves se había logrado restablecer el suministro eléctrico en las localidades más afectadas -Simbach, Triftern y Tann- prácticamente en su totalidad.
Los costos de los daños producidos por la primera ola del temporal en Baden-Württemberg han sido estimados por la Asociación de Aseguradoras Alemania en 450 millones de euros. Mientras que en Baden-Württemberg, según datos del diario Süddeutsche Zeitung de Múnich, el 95% de los propietarios de casas tienen un seguro especial contra daños producidos por catástrofes naturales en Baviera sólo el 27% de ellos están asegurados.
desbordamiento En el estado federado de Renania del Norte-Westfalia (oeste), el pequeño río Issel amenazaba con desbordarse e inundar parte de la localidad de Isselburg y de la vecina Hamminkel, aunque finalmente el nivel del agua volvió a bajar a un metro. También en Renania-Palatinado, numerosos sótanos quedaron inundados y los bomberos tuvieron que bombear agua, además de rescatar a diversas personas que quedaron atrapadas por las inundaciones.
De momento, los estados federados afectados no han recurrido al gobierno federal para pedir ayuda en la reconstrucción. Una portavoz del ministerio de Finanzas explicó ayer que según la constitución alemán los estados federados son los responsables de hacer frente a catástrofes naturales.
Por su parte, inexorable, el río Sena crece cada hora unos pocos centímetros a su paso por París, que observa con temor y algo de impotencia cómo las aguas se han tragado ya sus paseos fluviales y amenazan con penetrar en hogares, empresas y algunos de los monumentos más visitados de todo el mundo.
El pico de la crecida, dicen las autoridades, alcanzó ayer por la noche una altura cercana a los 6,50 metros, un nivel que no se veía en la Ciudad de la Luz al menos desde 1982. La alerta en París continúa siendo naranja, es decir, un escalón por debajo de la roja, que debería decretarse si la avenida superase los siete metros y que implicaría de hecho la existencia de un peligro real para las personas y los bienes.
La conmoción ante las imágenes de los icónicos “bateaux mouches” anegados por el agua o de las estatuas del Louvre rescatadas a la carrera por los funcionarios del museo parecen hacer olvidar que en Francia ya han sido evacuadas al menos 20.000 personas en otras localidades vecinas y al menos dos personas han muerto.
En la capital, según informó el Ayuntamiento, no hay por ahora prevista ninguna evacuación ni se vislumbran dificultades en el suministro eléctrico o de gas.
Ese no es el caso en pequeños municipios al sur de París como Villeneuve Saint Georges, donde vive Tania Pereira, empleada de una compañía de limpieza que se resistía ayer a dejar su casa por temor a no poder regresar a ella cuando acabase la jornada.
“Para poder salir del portal tuve que saltar sobre el agua, que se había colado, pero no sé si podré volver a hacerlo cuando vuelva, y además con mi hija. En la calle de al lado ya han evacuado a todos los vecinos y los han metido en un gimnasio”, explicó Pereira.
Esta mujer de origen caboverdiano relató cómo la electricidad no llega a su hogar desde el jueves, e ignora cuándo podrá recuperar el suministro. - Efe/DNA