vitoria - Cándido Ibar no ha podido decirle a su hijo Pablo que el Tribunal Supremo de Florida ha desestimado el recurso presentado por la Fiscalía contra la anulación de su condena a muerte, por lo que antes de 15 días podrá abandonar el corredor de la muerte y que un nuevo juicio le dará la oportunidad de demostrar su inocencia.

El padre de Pablo Ibar recibió en Euskadi la “buena” noticia de que el Tribunal había desestimado el recurso de reposición de la Fiscalía y que reafirma el espacio de esperanza que se abrió con la anulación de la condena a muerte. Cándido Ibar indicó a DNA que el desenlace del recurso es “algo muy bueno”, porque “ahora ya tenemos plazos, sabemos que va a haber un nuevo juicio”. Sin embargo, reconoció con tristeza que sigue sin poder hablar con su hijo y que cuando cambie de penitenciaría podrá visitarle, pero no comunicarse en persona con él, ya que en ese centro “han cambiado el sistema y solo se puede hablar a través de pantallas, como por Skype”. No obstante, la prisión a la que trasladarán a Pablo está más cerca del domicilio familiar. “Son muchas menos horas en coche”, indicó Cándido. Pablo Ibar lleva casi 22 años preso, 15 de ellos en el corredor de la muerte, en un penal de Rainford, en Starke (Florida), condenado a la pena capital por un triple asesinato.

Por su parte, Andrés Krakenberger, presidente de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, mostró su alegría por una noticia “esperada”. No obstante, Krakenberger señaló que “no se puede bajar la guardia” ya que Ibar pasa de estar condenado a acusado, pero volverá a enfrentarse a un juicio y a una posible condena a muerte, aunque en mejores condiciones, ya que ahora contará con una “defensa eficaz”. Y para eso necesitan aún 640.000 dólares de los 1,3 millones que se calcula que costará su defensa. Unos donativos que ahora se pueden canalizar a través de www.pabloibar.com

Otros 156 casos como el de Pablo Cuando dentro de “unos meses”, tal y como auguró ayer Andrés Krakenberger, se celebre el nuevo juicio y, tal y como esperan todos, con las nuevas pruebas en su defensa, sea declarado inocente, el caso de Pablo Ibar será el número 157 de presos que, desde el año 1973, han salido del corredor de la muerte para luego ser declarados inocentes.

Hay quienes se pasaron 40 años esperando su ejecución. Muchos incluso llegaron a sentarse en la silla de la muerte en varias ocasiones y, en el último minuto, prosperó una apelación. La mayoría eran pobres, sin recursos para pagar buenos abogados. También una gran mayoría son negros, como Sabrina, que pasó 5 años acusada de la muerte de su hijo, cuando tenía 17 años, por un tribunal de Mississippi en 1990. El Tribunal Supremo de ese estado ordenó repetir el juicio y en 1995 un jurado la declaró inocente. Se había demostrado que su bebé había fallecido de muerte súbita infantil.

Entre esos 156 casos también está el de Joaquín José Martínez. Nacido en Ecuador aunque de padres españoles, Joaquín José fue detenido en 1996 por un doble asesinato en la ciudad de Tampa, Florida y, un año después, fue sentenciado a muerte. Después de una larga campaña de sus padres, y gracias a las presiones internacionales, la Corte Suprema de Florida ordenó un nuevo juicio. El 6 de junio de 2001 recobró su libertad.