GAsteiz - Euskadi ha conseguido seguir el rastro del segundo cáncer con más incidencia en la comunidad, el de colon, gracias al programa de cribado. Pero la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) puso ayer de manifesto que todavía hay que implicar más a colectivos como los inmigrantes, los hombres, o las personas que tienen seguro privado. La responsable del programas de detección del cáncer colorrectal en el País Vasco, Isabel Portillo, aseguró que los hombres deben comprometerse en mayor medida en esta ronda de detección, “pues tienen una mayor propensión a padecer cáncer de colon y su participación en el programa aún es menor, un 68% frente a un 73% de mujeres”.

El programa de cribado consiste en realizar un test de heces en sangre a todos los ciudadanos de entre 50 y 69 años y, de ellos, a los que den positivo, hacerles una colonoscopia. De esta forma se detectan desde simples pólipos, que no son cancerígenos pero que pueden derivar en cáncer, hasta lesiones malignas incipientes o más avanzadas, lo que permite mejorar el pronóstico y evitar metástasis.

En la CAV el índice de cobertura del programa es del 100%,” por encima incluso de algunos países punteros”, indicó ayer el gerente de la AECC en Bizkaia, Gabriel Otalora con motivo del Día Mundial para la Prevención del Cáncer de Colon. Sin embargo subrayó que “aún hay un 17% que no se hacen la prueba, por miedo y falta de información entre otros casos”. Las personas con menores recursos, los inmigrantes, y las personas con seguro privado tienden a ser quienes menos participan, según citó Portillo. “Aunque la evolución de las personas que no participan ha ido a mejor no queremos que nadie quede excluido”, afirmó Portillo, desmitificando la enfermedad e invitando a todo el mundo a participar pues “se evita mucho sufrimiento”, apostilló.

Y es que, según afirma la presidenta de la AECC, Isabel Oriol, “en cáncer de colon sabemos muy bien cómo se pueden salvar vidas, y cómo se puede llegar antes”. A su juicio, un programa de cribado dirigido al cien por cien de la población diana permitiría tener cubiertos a los once millones de personas que en España tienen entre 50 y 69 años y evitaría “desde ya” la muerte de casi 4.000 personas cada año por este tumor.