madrid - Profesores ajenos a los colegios realizarán y corregirán la evaluación final que por primera vez realizarán los escolares de 6º de Primaria a finales de mayo. El alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (como discapacidad, dislexia y dificultades específicas de aprendizaje) realizarán pruebas adaptadas. El Consejo de Ministros aprobó ayer el real decreto que regula las características generales de la evaluación que introduce la Lomce y que constará de 200 preguntas (un mínimo del 40% tipo test y un mínimo del 20% con respuestas abiertas). Los resultados de la evaluación de diagnóstico no tendrán efectos en el expediente académico del estudiante, solo pretende comprobar el nivel en comunicación lingüística (castellano, euskera e inglés), matemáticas, ciencias y tecnología.
Según establece el real decreto, con ello se busca “detectar dificultades de aprendizaje” en las competencias básicas del escolar y facilitar la transición a ESO, así como “orientar e informar sobre las necesidades de intervención, mejora o adaptación curricular”. Es decir, que solo tendrá uso interno para el centro y se faculta a las Administraciones educativas a establecer “planes específicos de mejora” de los colegios, teniendo en cuenta su punto de partida. Cada Administración educativa determinará el grado de difusión de los resultados “según lo estime conveniente”, de manera que podrán establecer rankigs de centros, algo a lo que la comunidad educativa se opone. Los contenidos no los fijará el Ministerio de Educación, sino los gobiernos autonómicos. En el caso de Euskadi será el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI) el encargado de diseñar la evaluación. El ISEI-IVEI tiene una dilatada experiencia en estas lides ya que hasta ahora ha realizado las evaluaciones diagnósticas de 4º de Primaria y 2º de ESO desde 2008. Y hasta ahora, siempre ha recurrido a profesorado ajeno a los centros para su corrección. Por tanto, explican desde el Departamento de Educación, el real decreto aprobado ayer no recoge cambios abruptos respecto de lo que ya se venía haciendo, más allá del baile de cursos. Cabe recordar que el caballo de batalla del Gabinete de dirige Cristina Uriarte ha sido la paralización de las reválidas que plantea la Lomce al final de ESO y Bachillerato y que, finalmente, han sido aplazadas sine die por el actual ministro de Educación, Iñigo Méndez de Vigo. A diferencia de la evaluación diagnóstica de 6º de Primaria, los contenidos las reválidas de ESO y Bachillerato los fijará el Estado. Además, tendrán consecuencias académicas ya que son la llave a los títulos. La que se plantea en primaverá, sin embargo, es una prueba de nivel externa como la que ya aplican en la mayor parte de los países de la OCDE.
En su nota, el Ministerio subrayó que con la introducción de las nuevas evaluaciones finales “España se suma a una tendencia internacional que es mayoritaria”. Según el Informe PISA 2009, en 24 de los 34 países de la OCDE existe una prueba externa estandarizada, como en Finlandia, Alemania, Japón, Reino Unido o Canadá. “Dos de cada tres alumnos de los países más desarrollados del mundo se encuentran en sistemas educativos en los que se realizan este tipo de pruebas”, señaló ayer el Ministerio.