madrid - Cerca de 500 bebés nacen cada año en España antes de la semana 32 de gestión. Estos niños representan un gran reto para el sistema sanitario, ya que casi la mitad de ellos debe ser hospitalizado durante su infancia, principalmente por problemas respiratorios, en especial las bronquiolitis. El 44% de los nacidos muy prematuramente entre 1993 y 2011 tuvo al menos un reingreso hospitalario, según los datos de una encuesta sobre 1.200 niños nacidos con menos de 1.500 gramos de peso realizada por la Sociedad Española de Neonatología.

En los últimos 20 años, no obstante, la evolución en la salud de estos bebés ha sido positiva, y se ha reducido su mortalidad hasta situarse, en la actualidad, en el 20% del total de nacidos con menos de 1.500 gramos. También se han reducido los problemas serios como la parálisis cerebral, la ceguera total o la sordera, pero aún son frecuentes las dificultades en el aprendizaje y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad. “En los niños prematuros, dado que su parto se adelanta, el desarrollo neurológico y cerebral se hace en condiciones atípicas, fuera del útero, y esto conlleva una serie de problemas en el aprendizaje o la conducta”, explica Concepción Gómez, directora del curso La gran prematuridad en España: el desarrollo de los nacidos con menos de 1.500 gramos, en El Escorial.

En estos casos, es importante la atención temprana y realizar un seguimiento desde el nacimiento. “Algunos necesitarán un tratamiento más intensivo que otros, pero en cualquier caso es fundamental que exista un tratamiento para reducir sus posibles déficits y problemas”, señaló Gómez. Según el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Javier Sánchez Carrión, la mayor influencia en la aparición de estos problemas la tienen las circunstancias que rodean el nacimiento del niño. El sexo, las semanas de gestación, el peso al nacer, el tipo de parto o la procedencia de los progenitores son factores que influyen en la incidencia de las secuelas en los prematuros. - Efe