vitoria - El Departamento de Educación va a evaluar a los profesores. Esta es una de las novedades incluidas en el Currículum Vasco. Por primera vez, Euskadi contará con un sistema de evaluación formal del profesorado desde la etapa de Infantil a Bachillerato para mejorar su desempeño profesional. La Inspección de Educación será el organismo encargado de llevar a cabo estos controles externos. Las evaluaciones no tendrán un fin sancionador, todo lo contrario. Persiguen ayudar a los profesores a mejorar sus habilidades docentes, identificar debilidades, desarrollar aspectos específicos de su labor o incluso engrasar la relación con sus alumnos, lo cual puede contribuir a elevar el rendimiento escolar. Estos exámenes para los examinadores no llegarán antes de 2017, salvo las de carácter puntual relacionadas con situaciones de conflicto. En la actualidad hay unos 37.400 docentes en las escuela vasca.
El Gabinete de Cristina Uriarte está a punto de aprobar un decreto que asigna esta nueva función a la Inspección Educativa. Con esta normativa el Gobierno Vasco aborda “una de las carencias orgánicas de nuestro sistema educativo”, según el Consejo Escolar de Euskadi. La ausencia de un control sistemático de la labor docente, algo habitual en la mayoría de los países desarrollados, es una característica propia del sistema educativo estatal. De hecho, España está en el furgón de cola de la OCDE en la evaluación de sus profesores. El Estudio de la OCDE sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (Talis 2013, por sus siglas en inglés) concluye que el 36% del profesorado nunca ha sido evaluado por método alguno, cuatro veces más que la media de los 33 países de esta organización (9%). España solo es superada en este aspecto por Italia, donde el 70% del profesorado nunca ha pasado por una prueba externa.
A la luz de estos resultados, la OCDE concluye que la evaluación de los profesores, con el objetivo de ayudarles en su trabajo, es “un elemento que todavía tiene un amplio margen de mejora” que ha dado “resultados positivos en numerosos países con la vista puesta en el rendimiento de los estudiantes”.
Para el máximo órgano de representación de la escuela vasca - que integra a profesorado, sindicatos, familias o colegios concertados- la medida es positiva porque se “hace una apuesta por la evaluación de la práctica docente y de la función directiva”. No obstante, advierte de la “falta de procedimientos e instrumentos” específicos para llevar a cabo dichas evaluaciones. Es decir, el decreto que regula la organización y el funcionamiento de la Inspección de Educación de la CAV no detalla cómo serán estas evaluaciones. Su desarrollo sí se contempla, sin embargo, en el plan trienal de la Inspección 2014-2017. Pero el proceso se encuentra aún en una fase inicial.
Durante este curso se ha creado un grupo de inspectores que ha iniciado el trabajo para definir el perfil que el profesorado debe tener. Y es que de unos años a esta parte, las necesidades de los estudiantes han cambiado notablemente, de forma que los profesores deben adaptarse al cambio. En este nuevo contexto, el profesorado -además de transmitir los contenidos- tiene que formar a sus estudiantes en destrezas que incluyen la forma de pensar y trabajar: creatividad, pensamiento crítico, comunicación, colaboración ?; el manejo de las tecnologías de la información y comunicación; o las responsabilidades sociales para que se puedan desenvolver con éxito en un mundo global.
Mejora de la práctica docente Una vez definido el perfil adecuado para el profesorado, el próximo curso se prevé el diseño de las evaluaciones para su implantación a partir de 2017. ¿Cómo se evalúa a los docentes en otros países? La OCDE propone en el Informe Talis distintos métodos formales de evaluación, como la observación directa de la actividad docente en el aula; encuestas al alumnado acerca del trabajo de sus maestros; la evaluación de los conocimientos de este colectivo; conversaciones sobre la autoevaluación que los profesores hacen de su propio trabajo; el análisis de las calificaciones del alumnado; o las opiniones de las familias.
Su uso varía de un país a otro. Pero en el Estado se dan diferencias muy significativas, partiendo de que la proporción de profesores que se ha sometido a alguno de estos métodos (64%) es significativamente menor que la media de la OCDE (91%). Según el estudio de la organización que realiza el Informe PISA, el método de control más utilizado se basa en las calificaciones de los estudiantes (95% OCDE y 97% España). Ningún país baja del 70% y llega al 100% en el caso de Polonia o Eslovaquia.
Otro método muy empleado es la observación directa en el aula (93% en la OCDE), pero en el Estado su incidencia es significativamente más baja (59%). El uso de encuestas entre el alumnado se eleva al 77% en la OCDE y al 72% en el Estado. En este caso no hay apenas diferencias, pero sí cuando se trata de medir los conocimientos del profesorado. En España solo se recurre a esta herramienta en el 34% de las ocasiones, muy por debajo de la media de la OCDE (71%). Solo Finlandia (38%) se mueve en cifras similares. El resto de los países y regiones presentan proporciones más altas. La autoevaluación de los docentes alcanza el 79% y el 90% las conversaciones con las familias en la OCDE.
Ningún país aplica estos controles externos para distinguir a los buenos profesores de aquellos con peor rendimiento. Más allá de discutir con el docente medidas para corregir los puntos débiles detectados (86%), en el Estado las evaluaciones apenas llevan aparejadas consecuencias, a diferencia de lo que se hace en el resto de los países desarrollados. La realidad es que solo en el 4% de los casos se ofrece un plan de desarrollo profesional o formación para el profesor, frente al 81% del profesorado de la OCDE.
También queda por debajo de la mitad el porcentaje de profesionales (42%) que cambian de funciones (70% en la OCDE) tras la evaluación, ni está extendida la asignación de un profesor tutor que le ayude en su práctica docente (25% España, 71% OCDE). Rara vez una valoración desemboca en una sanción material (1% en España, 19% OCDE), ni en el despido o renovación del contrato (29% España, 60% OCDE). Habrá que esperar al menos un curso para comprobar qué fórmulas aplicará la Inspección vasca para estas auditorías extenas.