gasteiz - La legislación antitabaco marcó un antes y un después para muchos fumadores. Las prioridades de las economías domésticas en tiempos de crisis y el aumento progresivo del precio de la cajetilla, también han contribuido a marginar el consumo de cigarrillos; pero ha sido la voluntad firme -apoyada en consejos sanitarios- de miles de personas la que, de un tiempo a esta parte, está inclinando la balanza a favor de los hábitos de vida saludables en Euskadi. La población fumadora ha descendido en los últimos años y, además, la cifra de ciudadanos que acuden a tratamientos de deshabituación tabáquica, tanto individuales como grupales, en los centros de salud de Osakidetza se ha duplicado entre 2012 y 2013, pasando de 2.389 a los 4.043.
Y aunque los números y la evolución registrada es positiva, tanto el Departamento de Salud del Gobierno Vasco como los miles de profesionales sanitarios se mantienen en alerta para seguir ganando terreno a la nicotina. Ayer mismo, el consejero Jon Darpón daba cuenta de la activación de una nueva vía de trabajo con la que se pretende ayudar a dejar de fumar. Se trata del teléfono gratuito 94.400.75.73 que será atendido por profesionales de enfermería todos los días del años y las 24 horas del día.
Al otro lado del auricular se ofrecerá ayuda telefónica en el proceso de abandono del tabaco mediante contactos telefónicos de asesoramiento periódicos de acuerdo a un plan personalizado que se coordinará con la atención presencial en el centro de salud. "Esta nueva línea es un recurso más que el Departamento de Salud y desde Osakidetza ponemos al servicio de las personas para dejar un hábito que afecta gravemente a la salud", resumía Darpón.
El 12% de las muertes Y es que, pese al buen comportamiento mostrado -en 2007 fumaba el 21% de las mujeres y en 2013 el 19%; y en los hombres se ha pasado de un 28% a un 24%- los daños colaterales del tabaco se dejan sentir y de qué forma en las estadísticas de mortalidad y de enfermedades crónicas. De hecho, tal y como describió el consejero de Salud, "el tabaco es la causa individual de mortalidad más prevenible en nuestra sociedad y sigue siendo el causante del 12,3% de las muertes en Euskadi". Una idea en la que abundó Cosme Naveda, presidente del Consejo Vasco de Médicos, quien repasó algunos de esos males que acompañan al simple hecho de encender un pitillo.
Tal y como manifestó este médico de familia el tabaco es una de las drogas que provoca mayor adicción por los efectos a corto plazo que produce "y que los fumadores pueden interpretar como beneficiosos". Sin embargo ahí están los tumores, el cáncer broncopulmonar, de laringe, de esófago, de riñón, de vejiga; el incremento de los accidentes cardiovasculares como los ictus, infartos, anginas de pecho,... O en el caso de las mujeres embarazadas: el bajo peso fetal, el sufrimiento fetal, y el incremento de los abortos espontáneos y de la mortalidad perinatal.
Por estos y otros motivos, insistieron ambos, toda ayuda para animar a dejar de fumar y para no iniciarse en este hábito es poca. Su dilatada experiencia como profesional de la sanidad le llevaba a reconocer a Naveda que "sabemos que dejar de fumar es complicado ya que produce una dependencia física, psicológica y social. Pero con voluntad, información y apoyo continuado se puede lograr", agregaba. Desde el año pasado, todos los centros de salud de Osakidetza -más de trescientos- ofrecen tratamientos individuales y grupales de deshabituación tabáquica gracias a la implicación de los profesionales sanitarios, especialmente del ámbito de la Atención Primaria. En los últimos tres años, concretó el consejero Darpón, se han formado casi dos mil profesionales -1.984- para saber cómo afrontar las terapias antitabáquicas.
Caer para levantarse El riesgo de recaída, sin embargo, no desaparece con el paso del tiempo ya que la dependencia del tabaco es una condición crónica que, como ilustraba el presidente del Consejo Vasco de Médicos, necesita ser tratada como tal a través de una atención continuada. "Para tener éxito cada paciente debe ser tratado según sus características concretas y necesidades específicas. Por cada intento que se haga, más posibilidades hay de dejarlo definitivamente", apostillaba Naveda. Él fue precisamente el encargado de enumerar las ventajas de no fumar, "notorias desde el primer momento", decía.
A los cinco minutos, ilustraba, la tensión arterial comienza a normalizarse; en pocas horas la nicotina y el monóxido de carbono se reducen a la mitad, y en los siguientes dos días empieza a disminuir el riesgo de ataque al corazón, y se recuperan el gusto y el olfato. Al año, el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca es la mitad del de una persona fumadora; a los 5 años la probabilidad de morir de cáncer de pulmón se reduce a la mitad de la de alguien que fuma; y a los 10-15 años la probabilidad de morir por cáncer de pulmones es como la de quien nunca ha fumado. "Con modestia -apostilló Darpón- podemos decir que Osakidetza está preparado para atender a todas las personas que quieran abandonar el tabaco. Se puede acceder a los tratamientos de forma sencilla. Gracias a ellos muchas personas han dejado de fumar", invitó.