Gasteiz. Colectivos de mujeres han protagonizado este fin de semana diversas protestas en los territorios vascos contra la reforma de la ley de interrupción del embarazo del Gobierno de PP. Las organizaciones feministas reclaman que las instituciones de Euskadi se declaren insumisas ante la nueva ley.

Las concentraciones se iniciaron el viernes por la tarde, donde se produjo la detención de una joven -que ha sido puesta en libertad- durante el desalojo de 70 personas que protestaban en el Hospital de Cruces. Ayer al mediodía, doscientas personas participaron en la convocatoria de la Plataforma Feminista de Euskalherria por el Derecho al Aborto que se celebró de nuevo frente ante Cruces, donde simularon una veintena de aborto. Subrayaron que están "a favor de la vida", aunque la maternidad "debe ser una opción y no una obligación". Tras una pancarta con el lema El aborto no es un delito; es un derecho, las feministas reivindicaron que la red pública de hospitales de Osakidetza realice este tipo de intervenciones "cuando las mujeres lo deseen". Asimismo, instaron a las instituciones vascas a la "insumisión a esa ley" y a que garanticen el derecho de las mujeres que pretende cercenar la nueva normativa.

En Gasteiz, alrededor de un centenar de manifestantes marcharon desde el Hospital de Santiago con banderas moradas, denunciando la intervención de la doctrina de la Iglesia en la política social del Gobierno de Rajoy con lemas como La iglesia y la derecha nos tienen hasta las tetas. Exigen a la iglesia que abandone "esta cruzada contra las mujeres y deje de ocupar espacios y debates que no le corresponden".

En Donostia, una treintena de personas acamparon en las inmediaciones del Hospital Donostia en un acto de protesta. La intención inicial era pasar la noche dentro del centro hospitalario donostiarra, pero sobre las ocho de la tarde del viernes agentes de la Ertzaintza situados a la entrada del edificio les comunicaron que "no podían pasar al interior". Ante esta negativa, una treintena de mujeres decidieron acampar en un prado aledaño al hospital, donde han pasado la noche. Estas activistas consideran que la nueva norma constituye "un paso atrás" respecto a la anterior legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo y han subrayado que el "Estado no puede decidir y controlar el cuerpo de las mujeres" al tiempo que han defendido el aborto "libre, gratuito y seguro".