Alrededor de 700 personas participaron ayer en una jornada de promoción de la Vía Verde del ferrocarril Vasco-Navarro que culminó en la localidad Navarra de Murieta con actividades para los más pequeños y un almuerzo para todos. Desde primera hora de la mañana, el Centro de Interpretación de la Vía Verde, en Antoñana, bullía de animación con ciclistas llegados de numerosos lugares y de todas las edades. Igor, un crío de once años, de Vitoria, no ocultaba su nerviosismo ante la marcha, a pesar de estar acompañado por su padre y por su madre, aunque esta última sólo actuaba para recogerles al finalizar la marcha en tierras navarras (y por si acaso). Aunque hay que decir que el txiki llegó a la meta sin más ayuda que sus piernas.

Los que ya tenían los papeles en regla aprovechaban para visitar el Centro de Interpretación donde, por cierto, las estrellas eran las maquetas de las viejas estaciones del ferrocarril que ayer se sentían un poco huérfanas tras el fallecimiento de su constructor, Julio Martínez de Lahidalga, el día 8. Este hombre fue alcalde de Maeztu, y era aficionado a la electricidad, la carpintería o la albañilería, aunque sus habilidades le llevaron a ser maquetista de barcos, estaciones (tiene la colección entera de las del Vasco-Navarro a su paso por la Montaña y Tierra Estella), mapas y otras piezas, entre otras muchas cosas. Es probable que la Cuadrilla le rinda algún tipo de homenaje en breve.

Otros de los participantes aprovechaban para comer un bocadillo para ir bien preparados antes de afrontar los 24 kilómetros de pedaleo. Por cierto, entre los deportistas no faltó el alcalde de Campezo, que anteriormente fue presidente de la Junta Administrativa de Antoñana, Esteban García Campijo.

A las diez de la mañana, los participantes estaban listos. Y la verdad es que en un número muy elevado, ya que se habían inscrito unas 200 personas para hacer el trayecto de bicicleta y con una buena organización durante el recorrido, ya que se habían previsto puntos de avituallamiento. Los organizadores también habían tenido en cuenta los servicios de emergencia para curas, que afortunadamente no tuvieron ninguna actividad.

También a pie Los ciclistas fueron dejando atrás el Centro de Interpretación tras subir por la pasarela sobre la carretera y entrar en las rectas, aunque estrechas, sendas que sirvieron un día para la circulación de unos trenes que aún permanecen en la memoria de muchas personas. El grupo no fue el único que tomó la salida. Desde Zubelki, el grueso de la marcha también comenzó el recorrido, en este caso de sólo nueve kilómetros, aunque caminando. Alrededor de 500 personas dieron a la antigua vía una nueva vida con su paseo, a la búsqueda de la meta común de bicicleteros y senderistas, que era Murieta, en una agradable paraje al lado de un río y con una gran zona verde para poder hacer actividades y descansar. Allí, esperaban monitores, sobre todo, para trabajar con los más pequeños actividades del tipo de manualidades. No obstante, primero fueron pasando todos a recoger el almuerzo que se había preparado para reponer las fuerzas gastadas en la marcha.

Esta segunda marcha del Día de la Vía Verde está organizada por la Cuadrilla de Montaña Alavesa, la asociación Teder, y la Asociación Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro y cuenta con el patrocinio y la colaboración de numerosas entidades, entre ellas DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.