El tímido diseñador gasteiztarra Gorka Bujidos, a su temprana edad, está lleno de ilusión y nuevas ideas para futuros proyectos. Mediante la elaboración de sus diseños ha conseguido llegar al corazón de los niños y sacarles una sonrisa mientras juegan en sus originales creaciones de parques infantiles. Uno de los bienes más preciados para los más pequeños, donde disfrutan e interactúan con otros menores en sus ratos de ocio. "El diseño de juegos infantiles es muy gratificante, disfruto viendo a los niños divertirse en mis parques. La sonrisa de un niño no tiene precio", comenta Bujidos.

Mucho ha cambiado en los parques infantiles desde que los aitas de antaño colgaran un columpio de la rama más fuerte del árbol del jardín de casa. Ahora se diseñan con todo detalle durante un largo proceso de más de un año para que los más pequeños estén seguros mientras disfrutan y se divierten.

Desde que surge la idea hasta su estreno requieren de un intenso trabajo, ideas y bocetos. El diseñador explica que para sus creaciones se inspira en los pequeños detalles que le ofrece su día a día. "Un diseñador tiene que tener los sentidos abiertos todo el día y absorber como una esponja todo lo que le rodea. La inspiración puede surgir en cualquier momento o lugar. El diseño, al igual que la vida, está lleno de sentimientos y emociones", resalta. Tras tener una idea clara de lo que se quiere, llega la etapa más larga y costosa del proceso, el diseño y la aprobación de la empresa. Comenta Bujidos que ésta es una fase muy importante para su elaboración porque de la facilidad de la empresa depende en gran medida el desarrollo del proyecto.

Al igual que otros muchos productos, antes de salir al mercado deben ser testados para garantizar su seguridad y detectar algún peligro o desperfecto existente. En cambio, este joven diseñador explica cómo en un principio pedía ayuda a niños para saber si realmente eran buenos sus diseños y cumplían todos los requisitos necesarios. Reconoce que la propia experiencia y la normativa acotan mucho los proyectos. No obstante, en alguna ocasión, "he tenido asesores de menos de 6 años", relata.

Además de su juventud, lo que más llama la atención de este profesional son los materiales con los que realiza sus diseños. A pesar de todas las leyes y la llegada de productos de última generación, los más utilizados siguen siendo los de toda la vida. "Intento utilizar elementos nobles como la madera y el acero combinados con nuevos componentes más flexibles como el plástico. La combinación de los productos tradicionales con los modernos da lugar a interesantes resultados; claro está, sin olvidarnos del medio ambiente". Pero no es fácil crear un diseño apto para su uso. Existen leyes europeas que deben cumplirse, sobre todo en materia de seguridad. "No podemos permitir que ningún usuario, por malo que sea el uso que da al juego, pueda hacerse daño. A partir de ahí, diversión y estimulación física y psicológica están servidas", explica el diseñador vitoriano.

Si hay algo que diferencia a Bujidos son sus creaciones totalmente sostenibles, basadas en el respeto al medio ambiente, como no podía ser de otra forma en el corazón de una green capital como Gasteiz.

El diseñador cree que todo proceso de diseño y desarrollo de un nuevo producto debería pasar un control y respetar el entorno. Su respeto por la naturaleza ha sido uno de los motivos por lo que el Ayuntamiento de Vitoria le galardonó el pasado año con el Premio Europeo de Medio Ambiente 2011-2012. Un reconocimiento del que se siente muy orgulloso, ya que los proyectos finalistas del certamen pertenecían a empresas vascas muy potentes. Desde que Vitoria fue nombrada Capital Verde Europea 2012, el Ayuntamiento ha fomentado el uso de productos ecológicos en su mobiliario urbano. Por ello, ha escogido un parque infantil sostenible y ecoinnovador para instalar en la recién estrenada plaza Green Capital. Ante este proyecto, Bujidos se muestra emocionado, orgulloso al contemplar sus juegos mientras pasea por su ciudad. Una vez instalado el nuevo parque, pasará a formar parte de los trabajos repartidos por Getxo, A Coruña, Badalona, Fuerteventura... y otras ciudades fuera del Estado situadas en el sur de Francia.