Cuatro meses después de llegar al pontificado, el Papa Francisco publicó ayer su primera encíclica, Lumen fidei (La luz de la fe), en la que subraya la necesidad de recuperar la fe en el mundo actual "en el que la fe es vista como un salto al vacío que impide la libertad del hombre". Francisco asegura también que la fe no es intransigente y el creyente no es arrogante y que la fe "sin verdad, no salva". El Papa reitera que el matrimonio es "la unión estable entre un hombre y una mujer" y exhorta a la pareja a cultivar la fe en la familia, con los hijos. La encíclica ha sido escrita en un tiempo récord y, en la misma, Francisco recoge las reflexiones sobre la fe escritas por Benedicto XVI antes de renunciar al papado, por lo que está considerada como escrita a "cuatro manos" y se suma a las encíclicas de Ratzinger sobre la caridad y la esperanza. El Papa desvela que Benedicto XVI ya había prácticamente completado esta encíclica. "Se lo agradezco y asumo su valioso trabajo añadiendo al texto algunas aportaciones", señaló, por lo que los observadores vaticanos la consideran la primera de Bergoglio y la última de Ratzinger.