vitoria. Dentro de la ambigüedad con la que siempre se ha movido en este asunto, el diputado general de Álava, Javier de Andrés, se despachó ayer públicamente con un mensaje cargado de pólvora mediática pero que en realidad apenas aportó nada nuevo a la sustancia que verdaderamente hay en juego. Ahí obvió cualquier posicionamiento De Andrés, que al contrario que su colega Maroto, no exigió el cierre inmediato de la central atómica. En una comparecencia en Juntas para analizar la creación de una comisión interinstitucional para el seguimiento del proceso de desmantelamiento de Garoña -una mesa que en estos momentos carecería de sentido cuando se está deliberando precisamente su continuidad- la contundencia del PP alavés se centró en la figura del ministro del ramo, José Manuel Soria, al que De Andrés advirtió que exigirá una comparecencia en Álava -no especificó dónde- para explicar "los motivos que han propiciado el cambio de opinión" y por los que el Gobierno sí habría aceptado la solicitud de un año de prórroga en la actividad de la planta.

El pasado lunes, el propio Soria ya se mostró favorable a la prórroga, que se concedería durante un año en régimen de explotación en parada técnica.