QUE los autobuses de Zabalgana y Salburua rozan el colapso en horas punta no es novedad. Lleva meses sucediendo. Tampoco las disputas que a bordo se suceden entre padres con sillas de bebé por pillar una de las dos plazas reservadas, siempre que no estén ocupadas por una persona en silla de ruedas, ya que tienen preferencia.
Decenas de padres se quedan tirados a diario en las paradas de Tuvisa que conectan con los nuevos barrios. Raquel lo sabe muy bien. Suele salir de casa un cuarto de hora antes y aun así le toca esperar con su pequeña Naia a la que cada mañana lleva a casa de su ama para irse a trabajar. Diez minutos, veinte... Hasta dos autobuses pasan delante de sus narices sin que pueda subir. "Cuando llueve es peor, si hace bueno, muchas veces me voy andando", comenta resignada. El caso de esta madre no es una excepción; en Zabalgana es lo habitual. "El bus sale de Mariturri y para la segunda parada ya llega con los dos espacios para niños ocupados; así que los de las siguientes marquesinas lo tienen aún peor...", explica. Al igual que otros padres, Raquel no entiende cómo sabiendo que es un barrio de parejas jóvenes en el que cada vez hay más niños no se adopta alguna solución. "Cuando Naia sea algo más mayor al menos podré plegar la sillita y llevarla en brazos, pero con el coche es imposible".
Conocedores de la situación, en Tuvisa aún no han adoptado ninguna medida. Ayer, el PNV pidió que los urbanos de Salburua y Zabalgana amplíen el espacio para sillas de bebé porque las dos plazas reservadas en cada vehículo son insuficientes. Borja Belandia propone acondicionar los autobuses de estas líneas para que puedan acceder más sillitas en caso de necesidad.
viajeros y quejas El número de viajeros de los urbanos sigue al alza, en abril aumentó un 17% y en el primer cuatrimestre del año se ha vuelto a batir récord. Un buen dato que contrasta con la denuncia del Síndico de que Tuvisa es la entidad que más quejas ciudadanas tiene sin contestar (40%) y, además, la que más tiempo tarda en hacerlo.