vitoria. Mientras los grupos políticos de Vitoria se enzarzan estos días en un infructuoso debate sobre las enmiendas al Presupuesto municipal de 2013, en la calle las asociaciones de vecinos se embarcan en el balance de lo que las Cuentas traerán a sus barrios. El sentir general de los colectivos, sobre todo de los que representan a los gasteiztarras de la ciudad consolidada, es que con la coartada de la crisis económica "se siguen sin atender" muchas de aquellas demandas pequeñas pero necesarias que tanto marcan el día a día de las personas. Y en aquellas zonas donde ya se ha prometido la ejecución de proyectos largamente esperados predominan los recelos, como si ese "no hay dinero" pudiera acabar frustrando sus esperanzas.
Los nuevos barrios focalizan parte de las inversiones más destacadas de este año y además parecen tener garantizado su futuro gracias al plan de equipamientos. Sin embargo, surgen dudas. Zabalgana Batuz se pregunta si la haurreskola empezará a levantarse ya, puesto que persiste la incertidumbre "de si depende o no de la venta de patrimonio de suelo". Y, mientras agradece que por fin haya centro cívico, la asociación lamenta que no se dé respuesta en el Presupuesto a una demanda clave: transporte público digno para todos los sectores del barrio que realmente atienda sus necesidades. A este colectivo vecinal no le vale con las extensiones que plantea el Consistorio y apuesta por crear "una nueva línea" en la red de autobuses que llegue a Borinbizkarra, Aldaia y Elejalde, descongestionando la 6.
En Salburua critican que la construcción del centro cívico este año y el agorespace pueda "hipotecar todo lo demás", porque el Presupuesto municipal "no da a entender que se vayan a techar los juegos infantiles, que se vaya a poner la rotonda en bulevar de Salburua, que se vayan a crear los huertos ecológicos, o el circuito de ciclocross..." La asociación Burdinbide duda incluso de que, de aquí al final de la legislatura, se ejecute el plan de equipamientos. Además, el colectivo aprovecha la ocasión para solicitar la desaparición de Ensanche 21, una sociedad municipal "con unos sueldos desproporcionados que no se dan ni en las empresas privadas y que ya no cumple su cometido, ni el de construir los nuevos barrios, que ya lo están, ni el de equipar". Se refiere al hecho de que el centro cívico vaya a ser financiado al cien por cien por el Gobierno Vasco, lo que supone un ahorro para las arcas públicas de 3,5 millones.
La vehemencia de los barrios jóvenes contrasta con la moderación de los de toda la vida. Ariznabarra, por ejemplo, arrastra diversas necesidades como cincuentón que es, pero se conforma con que por fin se vaya a retirar el cableado aéreo. Ahora bien, la asociación vecinal asegura sentirse como santo Tomás. "Hasta que no lo veamos, no lo creeremos", dice. Hace al menos seis años que este proyecto tiene partida en los presupuestos, pero "luego siempre surgían pegas y no se hacía". Esta vez, sin embargo, el que parecía el principal inconveniente, "si es que realmente lo era", ha desaparecido. "La explicación que nos daban desde el Ayuntamiento es que algunos vecinos no habían hecho el cambio de potencia, pero por lo que sabemos ya han recibido estas personas el aviso de Industria y lo están haciendo, así que esperemos que no pase de 2013", sostiene, con precaución, el colectivo.
La que seguro se hará esperar un año más es la reforma de Castillo de Fontecha, muy deteriorada. Es el estigma de la lista de las obras en vía pública que los portavoces vecinales escogieron a través del programa Zure auzoa hobetuz/Mejora tu barrio. Bien lo sabe la asociación de El Pilar, Gure Auzune, que se pregunta cuándo les tocará el turno a las calles Perú y Salvador. "El año pasado el programa tenía dos millones, había seis obras prioritarias y sólo se hizo un paso de cebra. Esta vez, la partida es de un millón, así que olvídense", lamenta el colectivo, quien advierte de que, por lo demás, no parece que haya una sola consignación presupuestaria para el barrio. También en Coronación saben lo que es ver pasar el tiempo por una vía en penoso estado, Julián de Apraiz, y recibir, como contestación "no hay dinero". Una respuesta que, como en El Pilar, no se entiende, más aún cuando estos días en el debate presupuestario surgen cuestiones tan polémicas como los sueldos de los directores-coordinadores del alcalde.
Precisamente uno de esos proyectos que han quedado pendientes para próximos años con la justificación de que las arcas flaquean es el centro de mayores de Lakua-Arriaga. Cerca de 3.500 personas han sobrepasado ya la barrera de los 60 años (un 12,5% de la población del barrio) y quienes quieren disfrutar de un lugar de encuentro y ocio tienen que amontonarse en el centro cívico, en una sala compartida con niños.
La FAVA, federación que aglutina a parte de las asociaciones vecinales de Vitoria, lo tiene claro. "El Presupuesto no atiende las prioridades de la ciudadanía", aunque PP y PNV coincidan en lo contrario.