La simonía, es decir, la compra de cargos eclesiásticos a través de sobornos, o el nepotismo, que significa la colocación a dedo de un familiar en un cargo, forman parte de la Historia de los cónclaves. Así, según cuenta la leyenda, el último Papa de origen español, Alejandro VI, quizá más conocido por su nombre real, Rodrigo Borgia, hizo uso de ambos para llegar a ser sucesor de San Pedro, pero, aunque su caso probablemente sea el más conocido, no es el único Papa al que se le imputan esos hechos, algo bastante corriente en algunas épocas.

Todas las leyendas que envuelven la elección de un nuevo Papa surgen de un mismo origen: el secretismo que la envuelve. Los cardenales que participan en un cónclave prometen guardar en secreto lo que ocurra, hecho que da pie a todo tipo de suposiciones. Aunque los cardenales llaman al Espíritu Santo para que les guíe en la elección de un nuevo pontífice, lo que ocurre dentro de la capilla Sixtina -el último cónclave celebrado fuera de esa capilla fue en 1846- es un misterio para el común de los mortales. Por ello, las leyendas y la Historia se entremezclan en el imaginario colectivo.

'Cum Clavis'

Los cardenales son encerrados bajo llave

El periodo en el que está sumida la Iglesia desde ayer, el de Sede Vacante, no siempre ha durado unos pocos días. Hasta el siglo XV se sucedieron periodos prolongados de interregno, esto es, que durante varios meses o incluso años la Iglesia estuvo descabezada. La tradición atribuye a uno de esos periodos la decisión de encerrar a los cardenales bajo llave hasta que decidieran un sucesor. Se cree que fue tras la muerte de Clemente IV en 1268 cuando los romanos, hartos de ver como estos demoraban la decisión -y de paso disfrutaban de los privilegios de estar en la ciudad- decidieron encerrarlos bajo llave.

En aquella época, las relaciones políticas, el comercio internacional o el orden civil se resentían ante la ausencia de un pontífice en la ciudad, motivo por el que nació la tradición de encerrar a los cardenales como medida de presión para que escogieran a un nuevo Papa.

De hecho, el término cónclave procede de las palabras latinas cum clavis, que en el latín vulgar que se hablaba en la Edad Media hace referencia a un objeto o una estancia que se puede cerrar con llave.

Desde 1059, año en el que se fijó un sistema para elegir un nuevo Papa, se han celebrado 110 elecciones que dieron como resultado papas reconocidos como legítimos por la Iglesia Católica -los que no lo son se denominan antipapas-. Desde 1274 se han regulado en varias ocasiones las normas y procedimientos propios del cónclave.

'Testículos habet'

La leyenda de la Papisa Juana y las consecuencias

Sin duda, de entre las historias que se cuentan relacionadas con este procedimiento, una de las más curiosas es la leyenda de la Papisa Juana y sus consecuencias.

No hay evidencias históricas que la demuestren y la mayoría de historiadores no la consideran veraz. Pero la leyenda se ha extendido desde el siglo XIII, momento en el que Jean de Mailly la relató. Este dominico contó que, en el siglo IX una mujer que ocultaba su verdadera identidad llegó al trono papal haciéndose pasar por un hombre. Según las dos principales versiones de esta historia, la Papisa Juana, que es como la denominan, tras dos años de papado quedó en estado y comenzó a sufrir las contracciones del parto en medio de una procesión, dando a luz en público. Una de las dos versiones cuenta que la mujer murió como consecuencia del propio parto y la otra, que fue lapidada por el gentío enfurecido.

Se cuenta que la suplantación de Juana obligó a la Iglesia a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los papas electos a través de un palpado testicular. Un joven diácono debía comprobar si el recién escogido pontífice era varón. Para ello se usaba, según esta leyenda, la sedia stercoraria, una silla perforada para permitir el palpado testicular. Si todo era correcto, el diácono debía expresar: Duos habet et bene pendentes, esto es "tiene dos, y cuelgan bien". Lo cierto es que ese ritual, el del palpado, no ha sido nunca confirmado, pero sí existen grabados y literatura diversa que hablan de él, como las ilustraciones de Lawrence Banka que muestran la prueba de masculinidad de Inocencio X, Papa entre 1644 y 1655.

Cónclaves Romanos

¿Por qué el centro de la Iglesia está en esta ciudad?

Aunque el Vaticano es el centro de la Iglesia, no todos los cónclaves se han celebrado allí. En 1274 se dispuso que se celebrasen allí dónde muriese el Papa anterior. Después las normas han ido cambiando. En total, son 28 las elecciones papales que se han celebrado fuera de la ciudad eterna. El último fuera de Roma fue el de 1800, cuando la ocupación de la ciudad por tropas del Reino de Nápoles obligó a celebrarlo en Venecia. El último fuera de la capilla Sixtina fue el de 1846, que aconteció en el palacio Quirinale.

¿Pero por qué es Roma el centro de la Iglesia católica? Para los creyentes San Pedro fue el primer Papa por deseo expreso de Jesús, que según la Biblia dijo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos".

Tras la muerte de Cristo, San Pedro se habría trasladado a Roma, dónde murió crucificado y martirizado. A principios del siglo IV en aquel lugar se mandó construir una basílica que, con los años, ha llegado a ser la que hoy conocemos en la Plaza de San Pedro. Pero, ¿era el lugar correcto? En 1939 el Papa Pío XII ordenó la excavación del Vaticano en busca de pruebas que evidenciasen que allí se encontraban los restos del santo. Se encontró una necrópolis que tenía una tumba principal, que tras ser analizada, databa del siglo I. Tras años de búsqueda y ante las pruebas halladas, Pío XII anunció que se había encontrado la tumba de Pedro.