ROMA. La nueva entrega de La Repubblica de las filtraciones del informe que la comisión de tres cardenales que investigó los escándalos vaticanos apunta directamente al banco IOR (Instituto para las Obras de Religión). Según el rotativo el informe es demoledor y en él se señala que "Bin Laden podía tener el dinero en el IOR. Y también las mafias, los políticos que cobran comisiones... Es una enorme lavadora, el vientre oscuro de los intereses personales".
Siempre según La Repubblica, El control de las finanzas de la Santa Sede está firmemente en manos de los hombres de Bertone. Quién se ha opuesto a su línea ha sido derrocado.
El diario italiano asegura que la comisión creada en 2011 para limpiar el IOR fue desmantelada a los seis meses de ser nombrada. ¿Por quién? Por el secretario de Estado Tarcisio Bertone, quien quería bloquear el intercambio de información y la libertad de la inspección. A nadie se le permitía mirar a las arcas de la IOR. Sólo al propio Bertone y, por supuesto, a su plenipotenciario monseñor Balestrero.
Según el rotativo entre los hombres de Bertone estarían el cardenal Joseph Versaldi, jefe de la Prefectura para los Asuntos Económicos (ahora Comisionado IDI de Roma, al borde de la quiebra) y Savona Domenico Calcagno, administrador de los bienes de la Sede Apostólica, el Apsa, hombre de confianza de Paolo Cipriani (presidente del IOR).
El mecanismo de lavado de dinero sería el siguiente: en el IOR se pueden abrir cuentas corrientes, que son llamados "fondos" sólo religiosos, de las instituciones religiosas y de los ciudadanos del Vaticano. Hay alrededor de 25.000. Cada uno de ellos, sin embargo, podrá delegar en los que quieren operar en las cuentas, un número ilimitado de poderes sin existir registro de los delegados. Sólo Cipriani lo sabe, pero siempre que se le ha pedido la lista de delegados, la respuesta siempre ha sido la misma: "Estamos informatizando el sistema". Así que está claro que cualquiera puede "lavar" su dinero en el IOR.