DONOSTIA. Según la sentencia del caso, a la que hoy ha tenido acceso EFE, los hechos se produjeron sobre las 19:15 horas del 4 de noviembre de 2011, en el domicilio familiar de Bergara, donde el matrimonio inició una "fuerte" discusión y "ante la gravedad de la situación" su hija, de catorce años, "decidió llamar a la Policía utilizando el teléfono fijo" de la vivienda.

Sin embargo, el acusado "lo impidió" al arrebatárselo "con tal violencia que llegó a arrancarle algo de cabello". "A continuación -prosigue el texto-, la menor trató de avisar nuevamente a la Policía, utilizando en esta ocasión su teléfono móvil", a pesar de lo cual "su padre volvió a quitárselo", le golpeó en el hombro y la empujó "contra la pared".

La resolución judicial explica que, a consecuencia de esta agresión, la chica sufrió distintas lesiones como una contusión en la región escapular izquierda y "arrancamiento de pelo", sin que le quedara secuela alguna.

El escrito precisa que, cuando ocurrieron los hechos, el hombre "padecía un trastorno mental y no tomaba medicación", por lo que ahora le condena a ocho meses de prisión como responsable de un delito de violencia doméstica con la agravante de haber cometido los hechos en el domicilio familiar y la atenuante de trastorno mental.

La sentencia prohíbe asimismo al encausado aproximarse durante un año y ocho meses a menos de 200 metros de su hija, de su domicilio y de su centro de estudios y otros lugares que frecuente la menor, y le obliga a indemnizar a su esposa y madre de la chica con cien euros, en su calidad de representante legal de la menor, por las lesiones que le causó.