Vitoria. El negocio del cobre robado ha hecho que los edificios en construcción, los polígonos industriales y las zonas más aisladas de la capital alavesa se hayan convertido en objetivo de los ladrones. Las viviendas de protección oficial, los cuartos de contadores o las obras de construcción del tranvía y de otras infraestructuras ferroviarias han sido tradicionalmente un caramelo para los amantes de lo ajeno, que han hecho su agosto con la venta de chatarra. Sin embargo, ante la escasez, los delincuentes no dudan en destartalar las fachadas hechas a base de este material tan preciado.

La capital alavesa parece asistir a una nueva modalidad de robos, como lo demuestra lo ocurrido recientemente en el barrio de Zabalgana, en concreto en la rotonda de la Antonia. En este punto, los empresarios y vecinos de la zona han visto cómo de la noche a la mañana los ladrones han arrancado literalmente varias placas de cobre de uno de los edificios más vanguardistas del barrio gasteiztarra.

El robo de cobre, por lo tanto, parece que cobra fuerza en cualquiera de sus modalidades, tanto en Álava como en el resto de Euskadi. Sin ir más lejos, el pasado lunes un varón de 25 años de edad, con antecedentes delictivos, fue detenido en la localidad vizcaína de Güeñes acusado de un delito de robo con fuerza, tras apoderarse de varias decenas de rollos de cableado eléctrico y herramienta profesional en una obra de construcción de viviendas en el barrio de Sodupe, según informó ayer el Departamento de Interior del Gobierno Vasco.

A primera hora de la madrugada del lunes, la Ertzaintza fue alertada de la presunta comisión de un robo de material de obras por parte de dos individuos en una urbanización de viviendas en construcción en el barrio de Sodupe de Güeñes. Los agentes confirmaron que la valla del recinto de la obra había sido forzada y en el interior localizaron cerca de 40 rollos de cableado eléctrico de diferente sección.

Al parecer, todo ello estaba apilado y dispuesto para su traslado junto a diversa herramienta profesional, destacando un martillo taladro percutor. Mientras los ertzainas llevaban a cabo la inspección de las instalaciones localizaron a uno de los presuntos autores del robo, un varón de 25 años de edad, con antecedentes delictivos, bajo la acusación de un delito de robo con fuerza.