vitoria. "Si en 30 años aún no hemos aprendido a domesticar la televisión, ¿qué no ha de pasar si en la última media docena de años han entrado en casa el ordenador, la consola de videojuegos, Internet y los teléfonos móviles", La reflexión, realizada por el sociólogo Salvador Cardús, es tomada por el Ararteko en su informe La Transmisión de Valores a Menores como punto de arranque a partir del cual plantearse un análisis sobre el papel que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías juegan en la formación de la juventud en Euskadi.

La oficina toma también como referencia los datos obtenidos por la Oficina del Defensor del menor de Madrid, en los que queda reflejado que un 37% de los consultados manifestó la "necesidad" de emplear "con frecuencia" las nuevas tecnologías. En esta misma línea, el 38% de los menores manifestó reacciones contraproducentes al verse privado del teléfono móvil, "es decir, que afirmaron sentirse sumamente agobiados si se les quitaba el móvil", y el 14% declaró ser "adicto" a algún tipo de videojuego.

El Ararteko también se sirve de las conclusiones extraídas de un informe elaborado por la Universidad de Navarra sobre hábitos de ocio digital. Este documento señala que, para los adolescentes, la televisión resulta mucho menos atractiva que el móvil, los videojuegos e Internet. Así, el 37% prefiere ver la televisión frente al 40% que opta por el teléfono móvil; el 37% escoge la televisión ante el 47% que selecciona los videojuegos y, finalmente, el 32% se decanta por la televisión frente al 38% que se decanta por Internet.

Sin embargo, el análisis recuerda que el consumo de televisión aumenta con la edad y que este medio es un poderoso agente de transmisión de valores, tanto positivos como negativos. Mientras hasta los seis años un 21% de los menores no ve la televisión a diario, a partir de los 12 el 92% se sienta frente a la pequeña pantalla todos o casi todos los días.